Fue reparado tras tres meses en dique seco
28 abr 2016 . Actualizado a las 21:20 h.Una tremenda fiesta montaron hace unos días los armadores barbanzanos José Antonio Piñeiro y Juan Manuel Oujo en el puerto de Ribeira. La ocasión lo merecía. El barco que tienen ambos, el Natalie Chantal, volvía a navegar después de tres meses en dique seco. Y es que el buque fue sometido a una gran reparación que permitió ampliar su eslora en cuatro metros, pasando a tener 24,5. Como si de la primera botadura se tratara, los empresarios reunieron a un nutrido grupo de personas en torno a la embarcación, donde el grupo hostelero Chicolino montó varias mesas por las que fueron rodando diversas exquisiteces gastronómicas.
Uno de los momentos culminantes se produjo cuando llegó al puerto el párroco Marcelino Sánchez, que fue el encargado de bendecir el pesquero. Lo acompañaban los miembros del grupo de música tradicional Barlovento, con Emily Romero al frente, que animaron la fiesta. No fueron los únicos, puesto que el dúo formado por Ana y Leo ofreció un pequeño concierto con un repertorio variado de canciones.
Dos botellazos
Otro de los momentos destacados fue la imprescindible rotura de una botella de cava sobre el casco del barco. En esta ocasión, se produjo por partida doble. Marina, de 7 años, lanzó una botella, mientras que Alba, de solo seis meses, estrelló un benjamín. Todo ello ante la atenta mirada de familiares y amigos de los dos armadores, que no dudaron en sumarse a la cita para desear a ambos que su Natalie Chantal triunfe en la singladura que está a punto de emprender. No faltaron a la cita vecinos relacionados con el sector pesquero como el patrón mayor del pósito ribeirense, José Pérez.
Está previsto que los próximos días, el barco, que sigue amarrado en el puerto de la ciudad, ponga rumbo a las costas de Francia e Irlanda, donde faenará.