Ciudadanos llegados de los más diversos puntos del planeta se han asentado en la comarca y han contribuido a enriquecerla culturalmente. Niños de orígenes diversos comparten momentos de ocio dentro y fuera de clase y sus madres se ayudan mutuamente para salvar las barreras del idioma o de las costumbres. Un ejemplo de convivencia.
La técnica ribeirense María José Carreira se ocupa del programa de inmigración que puso en marcha el Concello cuando la población extranjera comenzó a incrementarse de manera considerable. Indica que las buenas épocas ya han pasado: «Los inmigrantes se han visto muy golpeados por la crisis estos años. Se trata de una población que vive con pocos recursos y que depende de las prestaciones sociales».
De forma especial, María José Carreira se refiere a los ciudadanos de origen sudamericano que recalaron en Ribeira: «Muchos vinieron de forma irregular, especialmente chilenos y argentinos, y no consiguieron contratos de trabajo que les permitieran obtener el permiso de residencia». Señala que, por este motivo, cuando las cosas empeoraron decidieron regresar a sus países: «Hemos realizado muchos programas de retornos con ellos». En el caso del aumento de la población rumana, explica que se produjo cuando se les facilitaron las cosas para moverse por el territorio europeo.