Luces y sombras de unos caudales al límite de su capacidad

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La acumulación de agua permite ver las cascadas en todo su esplendor, al tiempo que en su curso se anegan fincas y paseos fluviales

14 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras una semana de incesantes lluvias, los efectos se están dejando notar en los ríos de la comarca, cuyos caudales están al límite de su capacidad. La sobreacumulación de agua no solo tiene una cara negativa. En algunos casos, deja tras de sí estampas únicas que atraen a muchos curiosos.

Un buen ejemplo de ello se podía ver ayer en Boiro. El río Coroño, rebosante, anegaba el paseo fluvial impidiendo el tránsito en la zona de los molinos y del puente. La misma corriente de agua que amenazaba con sobrepasar las mesas y bancos del merendero dejaba en su curso imágenes idílicas. La fervenza de Cadarnoxo se mostraba en todo su esplendor y más de uno detuvo su marcha o fue a propósito para disfrutar de esta y otras cascadas que surgieron de la nada.

Quienes pasaron en los últimos días por la carretera que va de Moimenta hacia lo alto del Monte Iroite tuvieron la oportunidad de ver otros pequeños saltos en donde antes no había nada. El agua se abrió paso por nuevos caminos creando y vistosas cascadas de tamaño considerable.

Menos vistoso era el panorama en la parroquia boirense de Bealo. Allí, el río Beluso llegaba a la puerta del molino que sigue dando servicio a los vecinos de la zona. Las inundaciones ya lo inutilizaron el año pasado y, si continúan las lluvias, es muy posible que se vean de nuevo en la misma situación.

En Ribeira, el río Sanchanás anegaba algunas fincas próximas al paseo fluvial y por el mismo camino iban el río Maroñas a su paso por Mazaricos y el río Rateira en Muros. Aunque por ahora no se han producido desperfectos ni daños importantes, los servicios de emergencias barbanzanos se mantienen alerta por si se producen desbordamientos.

Especialmente controlado tuvieron el río Té en Rianxo, en donde temían que con la subida de la marea por la tarde terminara de desbordarse.

Hasta 40 litros por metro

Las subidas no han cogido a nadie desprevenido esta vez. Después de un otoño seco, en el que algunos ríos se quedaron a mitad de su capacidad, el anunciado temporal llegó a Barbanza para terminar de llenar las cuencas fluviales. En ellas cayeron hasta 40 litros por metro cuadrado en una sola jornada, según los datos que registraba MeteoGalicia en su estación de referencia en Ribeira, la de Corrubedo, el pasado martes.

Las alertas volvían a encenderse ayer, después de varios días con lluvias continuadas y una mañana en la que el cielo descargó sin clemencia. A primera hora de la tarde ya eran 25 litros por metro cuadrado los acumulados, pero las precipitaciones remitieron por la tarde, dando una tregua a los lechos fluviales. No obstante, se prevé que la lluvia continúe haciendo acto de presencia.

Beluso. El molino que el invierno pasado quedó inutilizado por las lluvias corre el mismo riesgo este año. El agua llega ya a la puerta.

Sanchanás. Algunos de los terrenos próximos, entre ellos varias fincas de explotación agrícola, se vieron afectadas por las subidas. En la parroquia de Artes el agua también inutilizó el lavadero.

Xunderama. El agua buscaba en A Pobra nuevos caminos y creaba arroyos paralelos donde antes la maleza cubría el terreno.

Rateira. En la localidad murada de Abelleira, el río amanecía al máximo de su capacidad después de una semana de lluvias incesantes.

Maroñas. Los desbordamientos también afectaban a Mazaricos. Algunas de las parcelas colindantes al Maroñas quedaron anegadas.