Los terrenos agrícolas se revalorizan tras una década de continuas caídas

X. Ramón Alvite

BARBANZA

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El alza de precios se debe a la demanda de fincas para aumentar las superficies de cultivo

13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras casi una década desplomándose de forma continuada, el valor de la tierra agrícola se ha recuperado ligeramente en el último año. Eso es, al menos, lo que se desprende de los datos publicados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), que apuntan que los precios medios de las fincas susceptibles de ser aprovechadas desde el punto de vista agroganadero se han incrementado en torno a los 600 euros, hasta situarse en los 15.172 por hectárea.

Se trata de un crecimiento leve -apenas un 4%- pero que se confirma en un momento en el que los productores atraviesan por una de las crisis de rentabilidad más importantes. 

¿Cómo es posible que, aun atravesando un mal momento económico, las granjas paguen más por la tierra? Todo apunta a una apuesta decidida de los ganaderos por intentar aumentar la base territorial de sus explotaciones. Con ello persiguen, cultivando la mayor cantidad posible de forraje en sus propias fincas, minimizar la dependencia que ahora tienen de la compra de alimento en el exterior. 

La alimentación

En este momento, como recogen varios estudios de costes de producción, la alimentación del ganado representa casi el 60% de los gastos totales de una granja barbanzana. De ahí la importancia que tiene el reducir al máximo posible esta partida.  

Los datos del Magrama, referenciados al pasado mes de diciembre, recogen precios medios para la hectárea de prado natural que se sitúa en 13.230 euros, mientras que el destinado a pastizal se sitúa en los 5.483 por hectárea, 200 euros más que en el ejercicio precedente.

Al contrario de lo que sucede con prácticamente la totalidad de superficies potencialmente aprovechables para uso ganadero, las destinadas al cultivo de la vid han caído drásticamente en el conjunto de la comunidad. Mientras hace tan solo un lustro se cotizaban con valores que sobrepasaban, de media, los 46.900 euros por hectárea, actualmente su precio apenas supera los 35.000.

Sea como fuere, tal y como confirman distintos profesionales de los municipios de Outes, Lousame y Mazaricos, este último uno de los cinco que cuenta con mayor superficie agraria de la provincia, los precios que maneja el ministerio son meramente orientativos, ya que existe un volumen muy bajo de operaciones de compra y venta de terrenos agrarios que puedan confirmarlos. Ante el momento de incertidumbre que atraviesa la ganadería, la mayoría de granjas prefiere alquilar y no comprar.

Los predios de granjas que han cerrado están en manos de las que siguen en activo

En los últimos cinco años, más de un centenar de granjas de la comarca han cerrado sus puertas. La superficie que cultivaban, sin embargo, sigue produciendo y está en manos de otras explotaciones que sí continúan con su actividad. Nadie se atreve a comprar fincas, tal y como están las cosas, aunque la mayoría de las granjas sí se esfuerzan por alquilar la mayor cantidad posible de terreno. A veces, incluso, a precios prohibitivos que llegan a superar en algunas zonas los 30 euros por ferrado o, lo que es lo mismo, en torno a 600 euros por hectárea dependiendo del lugar.

«Tan pronto tiveron coñecemento de que vendía as vacas xa viñeron tres ou catro a preguntarme se lles arrendaba as leiras», apunta un mazaricano que reconoce que la mayoría de sus fincas se las alquiló a un vecino a 15 euros el ferrado pero que por otras cobra 25. «Se botas contas case lle saco máis diñeiro agora ao aluguer das propiedades que o que conseguía coas vacas», sentencia.