La solicitud se apoyaba en las valosas laudas
13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Era una aventura difícil, tanto que solo llegó a dar los primeros pasos, pero en Noia se originó en el pasado un movimiento que pretendía obtener la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Fue el Grupo Filatélico y Numismático local el que, tal día como hoy del 2001, lanzó la bomba. Su presidente ya se había entrevistado con el entonces alcalde, Rafael García, para proponerle la iniciativa y esperaba mantener un encuentro con el presidente de la Xunta de la época, Manuel Fraga. El colectivo fundamentaba esta petición en la importancia de la iglesia de Santa María A Nova y su colección de laudas gremiales, única en Europa.
La noticia fue acogida con escepticismo entre políticos y vecinos, que veían complicada la aventura. El Grupo Filatélico no llegó a reunirse con Fraga, pero sí con entonces conselleiro de Cultura, Pérez Varela, pero su reivindicación no cuajó.