Amicos amplía con el apoyo privado su pionera sala de estimulación sensitiva

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El grupo Jealsa financió con 30.000 euros el equipamiento tecnológico, del que ya disfrutan más de 20 menores de la comarca

13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una pequeña corretea de un lado al otro, abrazándose a columnas de luz que cambian de color, colándose bajo una cascada de leds y dejando rebotar su cuerpo contra todo tipo de superficies mullidas. Otra, sentada sobre una colchoneta toca tranquilamente un xilófono. Elena y Laura son autistas y desde el año pasado disfrutan en Amicos de la primera sala de multiestimulación sensorial de la comarca, cuyas instalaciones se han ampliado gracias al apoyo privado.

El grupo Jealsa aportó los 30.000 euros que financiaron el innovador equipamiento tecnológico del aula, de la que se benefician más de veinte chavales de la comarca, de entre 5 y 18 años, con discapacidad intelectual, autismo y algún tipo de parálisis o daño cerebral.

El presidente de honor del grupo, Jesús Alonso Fernández, se encargaba ayer de descubrir la placa en la inauguración oficial del nuevo espacio del centro de atención integral de Boiro. «Queremos formar parte del desarrollo de una sociedad mejor, más solidaria y con valores», señalaba el fundador de Jealsa, quien explicó que vio en Amicos el mismo esfuerzo y dedicación que él puso en el ámbito empresarial para levantar la conservera que hoy es un referente.

Notablemente emocionada, Esther Vidal, presidenta de Amicos, destacó la necesidad de un aula como la inaugurada para evitar los repuntes de autismo que estaban detectando cuando los niños volvían a la escuela tras un verano sin trabajar su estimulación. Vidal agradeció el apoyo recibido por Jealsa y desde la Administración para pedir a continuación a los representantes de la Xunta, José Manuel Rey y Diego Calvo, y Concello, Juan José Dieste, allí presentes que «en vez de botar unha man, boten as dúas, que fan falta». 

Dotación del aula 

La renovada sala trabaja con los cinco sentidos. Decenas de luces de colores recorren las paredes del espacio. En una de ellas aparecen y desaparecen imágenes proyectadas. Los menores tienen a su disposición hojas para la asociación de olores y pueden cambiar el color de columnas de luz. Hay una colchoneta de estimulación con leds. Otra con vibración, objetos de masaje o una piscina de bolas para el tacto. 

«Estos niños sienten fascinación por las luces, los colores y todo lo que se mueve», indicó una de las profesoras. «Muchas de las cosas nos las tienen que pedir, lo que refuerza la comunicación, junto con otros sistemas», añadió.