Nuevos cierres y más grandes para el ganado de la sierra de Barbanza 

BARBANZA

La previsión que maneja Medio Rural es ejecutar los vallados este mismo año 

07 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace más de una década que en la sierra de Barbanza empezaron a levantarse cierres para poner freno a varios problemas históricos con el ganado. El primero, y más importante, era el enfrentamiento constante que existía entre ganaderos y dueños de suelo (principalmente comunidades de montes) debido a la presencia de reses libres por este macizo del sur coruñés. Ahora, la Consellería de Medio Rural, al entender que todo aquello fue «muy positivo», está a las puertas de ejecutar la construcción de nuevos vallados y más grandes que permitan seguir avanzando en la ordenación del monte.

Se trata de un plan piloto que la consellería también implantará, en un futuro próximo, en las tres grandes zonas de pastos de  la provincia de Pontevedra y en la de Ourense. En el caso de Barbanza, los trabajos se harán este mismo año, tal y como explicó a La Voz el secretario xeral de Medio Rural, Tomás Fernández Couto. Él mismo es una de las personas que se está reuniendo con comuneros, ganaderos y ayuntamientos afectados para avanzar en la planificación. 

Entendimiento

Fernández Couto confirma la buena sintonía que hay entre las partes implicadas y explica: «Es por eso que me atrevo a poner plazos. Antes de acabar el año, y en el caso de no surgir contratiempos inesperados, los nuevos cierres serán realidad». Otras fuentes de Medio Rural añaden que el confinamiento tiene indudables ventajas para todos los interesados. Por un lado, «permite tener localizado, controlado y debidamente saneado el ganado». Por otra parte, añaden en la Xunta, favorece un mejor aprovechamiento de la madera y de otros recursos del monte, evita que el ganado baje a los terrenos agrícolas para alimentarse y mejora la seguridad vial al disminuir el riesgo de accidentes provocados por la presencia de ganado suelto.

Muchos de los cierres construidos hace más de 10 años se han visto afectados por el desgaste propio del paso del tiempo, los robos de metal y los incendios. Todo esto ha provocado nuevas necesidades, y una de ellas es la de instalar estos vallados en zonas más bajas de la sierra. Para eso, Medio Rural ejerce de catalizador y realiza un análisis del escenario actual y de la población de ganado para saber qué hace falta con exactitud. Lo que sí está decidido es que la Xunta ejecutará las infraestructuras y los beneficiarios se encargarán de su mantenimiento.

Progresión

Lo que no niegan en Medio Rural es que con la implantación, en su día, de las primeras alambradas se dieron abundantes sabotajes que obligaron a los agentes forestales a realizar labores de vigilancia en las que también participaron la Policía Autonómica y Guardia Civil. Fernández Couto reconoce que este espacio rural sigue generando contratiempos, como el robo de ganado, pero en líneas generales, añade, la situación se ha estabilizado hasta el punto de haber conseguido mejorar las relaciones entre los profesionales que trabajan en la sierra y, en consecuencia, la convivencia. Esto, explican en Santiago, ha derivado en la disminución drástica de sabotajes u otros problemas mayores relacionados con la preservación de la sierra.