Toño Novoa, presidente da Asociación AMBAR
29 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Una de las cuestiones que no suele tratarse cuando se habla de accesibilidad es de la situación que se da en las casas particulares. Se analiza la eliminación de barreras en espacios públicos y, a lo sumo, la comunicación de los pisos de un edificio de varias plantas con el exterior, pero el diseño de las viviendas también deja mucho que desear, como remarca el presidente de Ambar, Toño Novoa: «Espazos para aseos son ridículos, corredores angostos que dificultan o desprazamento horizontal e portas cun ancho mínimo son problemas recorrentes nunha casa e pásase de puntillas por riba diso cando é algo moi importante. A xente cando merca non pensa que os espazos son para usar toda a vida».
Apunta que esto sucede tanto en edificios nuevos como antiguos, y que, llegado el caso, no siempre es posible ejecutar obras para mejorar la accesibilidad: «O deseño dos inmobles é tan obtuso que é imposible reformalos porque non se contemplan outras opcións de mobilidade». Y advierte que, con el paso del tiempo, «iso desemboca en situacións de illamento das persoas».