La población de extranjeros baja por segundo año consecutivo en la zona

Francisco Brea
Fran brea RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

La crisis provoca que un buen número de inmigrantes opten por regresar a sus países

26 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La emigración en la comarca, como en otros lugares de Galicia, debida a la crisis y la falta de posibilidades para lograr un puesto de trabajo no solo implica que los barbanzanos se marchen buscando mejorar sus condiciones de vida, sino también que muchos extranjeros que llegaron a la zona con la esperanza de progresar hayan decidido volver a sus países de origen. La cifra que arroja el último padrón de población publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es revelador. El pasado año residieron en Barbanza 2.268 personas foráneas, cerca de doscientas menos que en el 2014, convirtiéndose en el segundo año consecutivo de bajada.

El sector marítimo consiguió atraer a mucha gente hace unos años, la mayoría procedente del norte de África y de Sudamérica, pero la crisis que atraviesa hoy en día ha provocado que un gran número de inmigrantes hayan hecho las maletas en los últimos tiempos para volver a sus casas. Esta situación la corrobora Xan García, responsable comarcal de la Confederación Intersindical Galega (CIG): «Dende hai tres anos vemos como moitos mozos que chegaron para traballar no mar volveron a marchar». García asegura conocer varios casos, sobre todo de personas de países como Perú, Chile o Ecuador, «denominados emerxentes economicamente que aínda que non teñen salarios tan elevados como os que se poden atopar aquí están a medrar».

En este sentido, el delegado comarcal de la CIG apunta que «moitos regresaron porque alí teñen as súas casas e polo tanto menos gastos. Así, aínda que gañen menos do que poderían gañar aquí, poden aforrar máis. Ademais, se emigran moitos galegos pola crise, máis razóns terá para marchar a xente que viña coa idea de traballar».

Ribeira, el que más acoge

Ribeira es la localidad que más foráneos acoge, pero también acusa el descenso. En la capital barbanzana estaban censados el pasado año 1.090 inmigrantes, cifra similar a la registrada en el 2010 y que supone una caída de cerca de un centenar de personas con respecto al 2014 y más de doscientas en relación al 2013. Significativo es también el caso de Boiro, donde en dos años más de cien extranjeros optaron por abandonar el municipio.

La bajada es generalizada, aunque hay concellos en los que se nota menos o incluso se registra un alta en el censo, como es el caso de Lousame. En Muros también se detuvo la sangría y se mantienen las 77 personas de otras nacionalidades que ya se reconocían en el 2014. La cifra de extranjeros en la comarca aumentó en un millar entre el 2007 y el 2013, pero desde entonces no ha parado de descender.