Musta tiene una cuenta pendiente con Galicia y el Sergas

J. M. Sande / J. ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

Un niño saharaui curó sus patologías en Muros pero debe regresar a las revisiones

05 sep 2015 . Actualizado a las 22:38 h.

A Musta le ha sentado bien el verano en Galicia. Pero no solo por los días que fue a la playa, o los escasos rayos de sol que se dejaron ver en las últimas semanas. Este niño saharaui regresará a su tierra natal, el lunes, tras haber pasado por el quirófano para someterse a una operación que, por ejemplo, facilita su respiración. Xaquín Caamaño es el muradano que acoge a este niño cada verano desde hace cuatro años. Antes ya lo hizo con la hermana de Musta, Salka, que conoció durante un lustro las bondades de Muros, su gente y la ría. Musta llegó hace unos meses a Muros sabiendo que esta sería su última experiencia en la villa por una cuestión de edad, ya que al superar los 12 años, que ya ha cumplido, no puede seguir participando en este plan de acogida.

Xaquín lo conoce bien y, tras su llegada al comienzo del verano, notó algo raro en el crío. No dudó en llevarlo al médico para someterlo a una revisión. El resultado no fue alentador, no por la gravedad de las patologías, más bien por el poco tiempo del que disponía el enfermo para curarlas, ya que el 7 de septiembre (dentro de dos días) tiene que embarcar en un avión para regresar al Sáhara. Lo curioso de esta historia es el papel que jugó la Ley de Murphy, que hizo que coincidiera el día de la operación con el de regreso a su casa. Xaquín habló con el médico que atendió a Musta, que recomendó no demorar la intervención. Este muradano presentó recursos que fueron atendidos en tiempo y forma, y el crío pudo operarse el 10 de agosto.

Notable mejoría

Del quirófano salió sin amígdalas y vegetaciones -nombre que recibe la inflamación que se genera en la comunicación de la nariz con la garganta-. Desde entonces respira mucho mejor y ha perdido la voz gangosa con la que desembarcó en Galicia este verano. Además, ha aliviado, en parte, su problema de oído, ya que no escucha bien y eso provoca que hable más alto de lo normal. El problema es que Musta, por orden del médico que lo atendió en todo momento, tiene que someterse a una revisión médica dentro de seis meses, o en el peor de los casos, en un año. El primer plazo de tiempo resulta imposible de cumplir, ya que Musta visita Galicia dentro de un plan estival que organiza la Asociación Solidaridad Gallega con el Pueblo Saharaui (Sogaps). La única opción que resulta factible es que el niño regrese el próximo verano para someterse a la revisión doce meses después de la intervención, algo que Xaquín, a pesar de que el niño ya superó la edad permitida para participar en el plan de acogida, intentará convertir en realidad.

Es precisamente la figura de este muradano, Xaquín Caamaño, la que resulta imprescindible ensalzar por varios motivos. El primero por su implicación para mejorar la salud de su invitado durante los últimos cuatro años; el segundo por luchar burocráticamente contra el Sergas; y el tercero por su cariño desinteresado para que los menos favorecidos tengan la posibilidad de ser felices. Aunque sea en su propia casa.