El camino de 560 alumnos para acabar ESO y bachiller pasa por septiembre

BARBANZA

MARCOS CREO

De los 1.378 jóvenes matriculados en los últimos cursos de bachillerato y secundaria, solo el 60% aprobó todas las materias en la convocatoria de junio

02 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La maldición de septiembre regresó ayer a los centros educativos de Barbanza. Una multitud de jóvenes abandonó abatida la playa para volver a las aulas de colegios e institutos. En la puerta del Número Un, las caras eran un poema: después de dos meses de vacaciones tocaba recuperar las asignaturas suspensas. De los 1.378 chavales de la comarca matriculados en los últimos cursos de ESO y bachiller, 560 tendrán que pasar por el patíbulo del folio en blanco: 295 están obligados a reparar los estragos de cuarto de secundaria antes de comenzar, si lo desean, una nueva etapa educativa. Por su parte, 265 tendrán que recuperar alguna materia de segundo de bachillerato para conseguir el título. 

Los centros defienden que la mayoría de los jóvenes de secundaria que realizarán alguna prueba durante esta semana acuden con una o dos asignaturas pendientes. La última ley educativa les permite pasar a bachillerato con un máximo de dos materias suspensas, por lo que, en muchos casos, realizar los exámenes de septiembre es un mero trámite. Esta medida no contenta en su totalidad a la comunidad educativa, ya que algunas voces han denunciado que esta laxitud precipita que los jóvenes pasen de curso con carencias que después  lastran su aprendizaje. 

En bachiller la situación cambia, ya que es necesario aprobar todas las asignaturas para conseguir el título. En muchos casos, los jóvenes prefieren sacar un par de materias en esta última convocatoria ya que los aprobados que logren los mantendrán, de manera que podrán realizar el curso con una menor carga lectiva.

Aprendizaje estival

La convocatoria de septiembre es un arma de doble filo para todos los alumnos. Buena parte del total acude a clases particulares durante la temporada de verano, aunque en algunos casos no es la mejor receta posible.

En este sentido, desde los centros educativos señalan que, para aquellos jóvenes que llegan a estos exámenes con 5 o 6 asignaturas suspensas, resulta muy complicado recuperar el tiempo perdido durante el curso. La maldición de septiembre no entiende de milagros.