Las protectoras están desbordadas por el alto abandono de animales

Ana Gerpe Varela
A. gerpe RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Los colectivos Arca y Mosqueperros tienen en casas de acogida a una treintena de mascotas y dicen que cada día reciben llamadas con nuevos avisos

24 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tener una mascota está de moda, especialmente si se trata de perros de raza, pero, paradójicamente, al mismo tiempo que proliferan los dueños de animales de compañía aumentan los abandonos. Responsables de las protectoras Arca y Mosqueperros afirman estar desbordados y desde la perrera municipal de Ribeira se indica que el verano es una época en la que aumenta el número de ejemplares que pasan a vivir en la calle. No se trata de un fenómeno nuevo, pero Pablo García, presidente del colectivo Arca, indica: «Cada vez hay más».

Según los datos aportados, ambas asociaciones tienen actualmente a más de una treintena de perros en casas de acogida o en sus propios domicilios. Carolina Lorenzo, de Mosqueperros, subraya que esta es una época especialmente delicada: «Moitos animais teñen crías e a xente líbrase delas». De hecho, de los diez canes que tiene bajo su custodia esta protectora, media docena son cachorros.

Falta de medios

El principal problema al que se enfrentan las protectoras es la falta de medios, además del hecho de que, legalmente, su capacidad de actuación también está limitada. Pablo García indica que es frecuente que reciban llamadas para ir a recoger animales muertos que están en la calzada: «Nosotros no podemos hacer eso, porque hay que incinerar los cuerpos. Hay unos pasos a seguir». Incluso, explica que tampoco pueden hacerse cargo alegremente de cualquier mascota abandonada: «Por ley debe encargarse la Policía Local. Nosotros podemos acogerla, pero deben transcurrir 21 días antes de que pueda ser dada en adopción o de que se autorice la colocación de un chip».

Tanto Carolina Lorenzo como Pablo García aseguran que diariamente reciben llamadas de personas informándoles sobre el abandono de animales, básicamente perros y gatos. Por eso, ambos afirman que la Administración debe articular medidas frente a este problema: «Que va en aumento». Ellos están dispuestos a cooperar.

Pablo García señaló que hace un par de meses tuvieron un auténtico aluvión de avisos sobre ejemplares abandonados: «Sobre medio centenar. Nos llaman de todas partes, Muros, Rianxo, Carnota, pero no tenemos capacidad para llegar a tantos sitios y hacemos lo que podemos».

Pablo García señala que se trata de personas que hacen esta labor de manera altruista y que tienen ocupaciones laborales que deben atender.

El Concello sonense gestiona convertir en refugio una antigua granja de Nebra

La protectora Arca cerró hace un par de semanas el refugio que tenía en Lousame porque, según explicó Pablo García, carecía de luz y de agua. El colectivo ya está en contacto con el ejecutivo sonense, que ha iniciado los trámites para arreglar una antigua granja situada en Nebra y cedérsela. El mandatario, Luis Oujo, explicaba ayer que consideran necesario habilitar un lugar para las mascotas abandonadas: «En Porto do Son estamos sufrindo tamén o problema porque hai veciños que chaman pola presenza de cans vagabundos».

La aparejadora municipal está redactando la propuesta de adecuación del recinto y un veterinario de la Xunta ya acudió para inspeccionar las instalaciones. Ahora, el Concello busca financiación para arreglarlo. Asimismo, Arca prevé mantener contactos con dirigentes de Noia y Lousame para exponerles su proyecto y recabar su colaboración.

Por su parte, el Concello de A Pobra acaba de habilitar un tramo de playa entre O Areal y O Xobre para acudir con perros.