El disputado voto del señor Cayo

Maxi Olariaga

BARBANZA

27 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ay, ese disputado voto del señor Cayo! Quién iba a decir que aquel voto asentado en un anónimo paisaje iba a rondar La Barbantia.

Las encuestas, también fallidas, se unieron al estupor. Las mareas, un tsunami, rondaron la costa y más de uno todavía sigue con el salvavidas puesto y no le abandona el susto. Analizando lo que ha pasado en el imperio, capital Madrid, no hay que estudiar ingeniería y geofísica del protón solitario para darse cuenta de que el hartazgo de la gente ante el menú que sirve el Partido Popular, había rebasado cualquier expectativa que pudiera soñar este partido.

La foto que publicó este periódico, el pasado lunes, del alcalde Manuel Ruiz Rivas abrazando incrédulo y castigado a un camarada, resume bien lo antedicho. El Partido Popular demostró estar fuera de la realidad y, simplemente, los electores se lo han dicho con su voz de papel.

Dirán ustedes lo que dicen los aficionados a la tauromaquia en el tendido cinco de Las Ventas: «A toro pasado, torea hasta mi yaya». Pero, sinceramente, lo presentí, lo supe antes. Fue algo más que una premonición. Fue una certeza. Al igual que ustedes, yo también recibí en el buzón de mi domicilio la propaganda electoral del Partido Popular. Me llamó la atención el hecho de que en el sobre no constaban sus credenciales, es decir, las siglas del PP. Tan solo, eso sí, en color azul, la frase: «Por todo o que importa». Pero, ¿por qué sin siglas? Como no se trataba de un olvido, inmediatamente pensé que se avergonzaban de significarlas. Temían, probablemente, que el sobre no fuera abierto por el futuro votante.

Ese es su fracaso. Ellos mismos concurrieron a las elecciones del pasado domingo temiéndose lo peor. Esto me lleva a meditar sobre lo que ahora se avecina. Sin enumerarlos, más de un Ayuntamiento de la comarca barbanzana se juega la alcaldía según se unan o no los partidos no mayoritarios.

Mi conclusión es la siguiente: considero que en esta primavera, cualquier votante de cualquier formación que no sea el Partido Popular, votó pidiendo a gritos a sus representantes que los desalojen de sus alcaldías y se entiendan y pacten una nueva singladura. Veremos que hacen los elegidos. Incensar sus egos o, por una vez, escuchar al pueblo.