La familia de A Pobra que fundó la pequeña Galicia de Euskadi

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CEDIA

Los Fontán Guillán cumplen cien años en Trintxerpe, barrio al que tras ellos llegaron tantos gallegos que acabó llamándose la quinta provincia

12 may 2015 . Actualizado a las 07:30 h.

Pongamos la vista en los inicios del siglo XX. Eran los años de los hombres de hierro en barcos de madera; los tiempos en los que el hambre obligaba a navegar hacia la emigración. En 1915, en un barco a vela y de vapor que hacía ruta entre los puertos gallegos y los del Cantábrico, se marcharon a buscar porvenir Antonio y Tomás Fontán Guillán, dos muchachos de A Pobra. Llegaron a Pasaia, en Euskadi. Demostraron que sabían lo que hacían en el mar y no les faltó trabajo. Esta, que podría ser únicamente una anécdota de la vida de estos jóvenes, fue mucho más que eso. Acabaron asentándose en tierras vascas. Fueron de los primeros gallegos en llegar a esta zona que luego se convertiría en lugar de llegada de centenares de paisanos. De hecho, ellos y su familia, que poco a poco fue convirtiéndose en una saga en Euskadi -hoy en día tiene 265 miembros- fundaron la que se conoce como pequeña Galicia o quinta provincia gallega: el conocido barrio obrero de Trintxerpe.

Tras Antonio y Tomás llegaron a Euskadi sus hermanos -eran una familia de diez miembros-, sus cuñados, las familias de estos últimos... Incluso acabó yéndose para allí la matriarca, la señora Pepa, que jamás pudo vencer la morriña. Hace tres años, algunos miembros de la tercera generación de esta saga, como Juan Manuel Sanlés -nieto de Pepa- decidieron que en el 2015 había que celebrar el centenario de la llegada de su familia a Euskadi. Los primos y demás familia empezaron a confeccionar una exposición minuciosa, buscando todas las ramas de su árbol genealógico. La muestra se expuso en Trintxerpe.

«Non paso sen A Pobra»

Además, la familia se juntó. Hicieron una reunión con nada menos que 183 personas. Estaban muchos de los que viven en Trintxerpe. Pero también viajaron vecinos de A Pobra. No en vano, algunos descendientes de los Fontán Millán hicieron hace años el camino de vuelta, asentándose de nuevo en el pueblo que todos añoran. «

Eu vou todos os anos, non paso sen A Pobra»

, decía ayer un emocionado Juan Manuel Sanlés.

Haber celebrado el centenario les ha permitido bucear en la historia familiar. Tienen fresca la guerra y como miembros de la saga Fontán Millán se sumaron al batallón Celta para defender la República. Algunos dejaron su vida, y otros acabaron refugiados en Francia.

La familia Fontán Millán, que va por la sexta generación, recuerda lo duros que fueron los primeros años de sus antepasados en el País Vasco. En Trintxerpe ni siquiera había casas, hasta que los gallegos empezaron a asentarse. Y los trintxerpetarras eran reacios a acogerles, aunque luego la colonia era tal que en las calles se escuchaba más la lengua de Rosalía que cualquier otra. Cien años después, esta familia es el retrato perfecto de la impronta de la emigración gallega en distintas tierras. Toda una gran saga.