Preocupante

Alicia Fernández

BARBANZA

22 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A quellos que hayan seguido esta columna desde hace algún tiempo no tendrán duda, pero para quienes lo hagan desde hace poco, o sea hoy la primera vez que la leen, quiero dejar claro que en muchas ocasiones hice constar mi rechazo al papel desempeñado por los anteriores gestores de la cofradía de Cabo de Cruz. Tanto en el fondo como en las formas. Crítica que en todo caso no derivaba de ese personalismo tan extendido en el sector, si no de considerar el caso crucense como una expresión más del fracaso de un modelo caciquil, trasnochado e inservible en pleno siglo XXI. Porque un error muy común es endilgar los males del sistema fallido a una o a varias personas, con la ilusión de que una vez se marchen ?o se echen? los problemas se arreglarán por arte birlibirloque. Y no es tan fácil, es algo más profundo.

Dicho todo lo anterior a modo de introducción, y dejando patente mi convicción de que cada palo ha de aguantar su vela, quiero manifestar mi opinión acerca de la operación Vipe. Yo no soy partidaria de la Justicia mediática, lo dije la semana pasada. Eso queda muy bien en el cine americano pero en la realidad española no. Eso de las «operaciones» con muchos coches, luces, uniformes y grilletes me deja muy mal sabor de boca. Es más, me deja una profunda preocupación: la de la impotencia del ciudadano ante la maquinaria del Estado. De ahí la primera pregunta, ¿era necesario el despliegue realizado y la consiguiente alarma creada? Mi opinión es un no rotundo. Pero es que oí muchas opiniones iguales a pie de calle, incluso procedentes de personas muy críticas con los exdirectivos.

No estamos en las favelas de Río de Janeiro. Estas personas a las que se ha detenido no son terroristas islámicos. Los presuntos delitos por los que se les investiga no son tan graves como para tomar unas medidas tan excepcionales. Yo prefiero una Justicia sosegada, independiente, discreta y que sea lo más rápida posible. No me gustan las alharacas, el efectismo y, mucho menos, la justicia petardo: mucho ruido y humo de principio para poco resultado final. Añado además que cuando los afectados de esta forma tan sui géneris de hacer justicia son políticos, sobre todo del PSOE o del Partido Popular, me la trae al pairo porque durante cuarenta años no se han preocupado lo más mínimo de que nuestro sistema jurídico disponga de un cuerpo normativo racional ni de los medios necesarios para hacerlo cumplir.

Con actuaciones judiciales y policiales como las que tuvieron lugar esta semana, la presunción de inocencia se va al garete. El daño causado a estas alturas es irreparable si al final no pude demostrarse el delito. Y yo no digo que no se persiga, digo simplemente que hay otras formas de hacerlo. Solamente hace falta mirar hacia países situados más al norte, donde tampoco condenarían a un ex electricista de la catedral a ciento noventa años de cárcel por robar unas cartas mientras a un asesino ?incluso de niños? le caen veinte años.