Lo que el tapón unió... que no lo separe el océano Atlántico

María Hermida
maría hermida RIBEIRA

BOIRO

Los estudiantes americanos, posando con los carteles de la recogida y juntando ya plásticos.
Los estudiantes americanos, posando con los carteles de la recogida y juntando ya plásticos. cruz ces < / span>

Alumnos americanos se vuelcan para ayudar a una niña de Boiro

01 feb 2015 . Actualizado a las 13:03 h.

En Estados Unidos, en Carolina del Norte, hay unos estudiantes que hablan de Irene, una niña de Boiro con parálisis cerebral, como si fuese una compañera de pupitre más a la que hay que ayudar económicamente porque tiene necesidades especiales. ¿Cómo se logró semejante cosa? Podría pensarse en Internet, en las redes sociales... Pero nada de eso hizo falta. Fue algo más primitivo. Se llama humanidad. Y la encarna en este caso, además de los estudiantes, Cruz Ces Carou. Ella es la profesora de estos chicos americanos. Natural de Rianxo, conocía la campaña que lleva a cabo el Banco de Tapóns de Barbanza para recaudar fondos para Irene. Puso su entusiasmo a disposición de la causa y logró que en su escuela todos se enamorasen de la iniciativa. Recogen tapones para enviar a Galicia. Saben que es enviarlos costará caro. Pero, al menos, van a intentarlo.

La pasión con la que los estudiantes se han tomado la campaña por Irene solo se entiende conociendo a Cruz, su maestra, visualizando lo que fue y es su vida. La solidaridad le acompaña desde siempre. Cuando terminó la carrera en Santiago, y tras ser operada de un osteoma en el cráneo, se fue a Polonia a prestar ayuda humanitaria. Vio que tenía que aprender inglés. Y, sin dudarlo, cruzó el charco.

 

 

El deseo de un crío

 

 

Lo que empezó como una estancia pasajera en Nueva York acabó convirtiéndose en una vida en Estados Unidos. Dio clases en distintos lugares y siguió siendo la mujer solidaria de siempre. Durante años, se encargó de una campaña en la que los estudiantes recogían dinero para cumplir el deseo de un niño enfermo de cáncer. Ahora la historia es otra, se trata de ayudar a Irene, pero el fondo es el mismo. Lo dice Cruz: «Hay que ayudar a los niños a cumplir sueños».

 

Y en eso están. Ella, sus alumnos y, ahora también, estudiantes de otras escuelas estadounidenses. Dice Cruz que su objetivo es ayudar a los niños a ser menos egoístas y enseñarles que no solo existen problemas en su país. Y lo debe estar consiguiendo. Porque los pequeños de Carolina del Norte, en pocos días, han formado un ejército de taponeros. Además de juntar plásticos, hablan de Irene, de Boiro, de Galicia... Cantan A Rianxeira.

Y Chus, encantada, piensa en que sigue una cadena. Recuerda que sus abuelos Felipe y Aurora, industriales de Rianxo, ayudaron a muchas personas a construir casas cediéndoles material y esperando a que pudiesen pagarlos. Así que ella hace lo propio; vivir sin olvidarse de los demás.