El ribeirense presumía en la Red de que visitaba parques con un amigo para encontrar menores

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Los agentes intentan localizar a un posible cómplice con el que habría recorrido recintos de juego en Santa Uxía para buscar críos

30 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Pajimorbo es el nombre de un usuario de Internet que podría ser cómplice de F.?M.?B.?B. en algo más que intercambiar archivos de pornografía infantil. El Grupo de Delincuencia Económica y Tecnológica de la Brigada Provincial de Policía Judicial de A Coruña investiga si la persona que se esconde tras ese alias virtual visitaba parques de Santa Uxía, acompañado por F.?M.?B.?B., para buscar a niños con el objetivo de «alejarse con ellos y hacerles cosas».

La investigación realizada hasta el momento ha permitido detectar conversaciones entre Pajimorbo y F.?M.?B.?B., que se ocultaba, según los investigadores, bajo el alias de Fran Blanco tanto en foros como en el programa de videoconferencias Skype. El nombre de Pajimorbo saltó a la luz después de que el ribeirense imputado lo citase en una conversación con otro internauta que se autodenominaba Corbachín.

Según la Policía, el ribeirense arrestado le habría contado a Corbachín que «tenía un amigo al que le gustan los niños y que acude habitualmente a un parque infantil cerca de su casa, en Santa Uxía. Cuando ve alguno -prosigue el informe policial- le gusta intentar hablar con él e ir a algún sitio lejos para hacerle cosas, y que los críos que le gustan son de entre 9 a 13 años».

 

 

Respuesta ambigua

 

Muchas de las preguntas planteadas a este ribeirense de 39 años de edad durante el interrogatorio estaban relacionados con Pajimorbo y Corbachín. Según parece, F.?M.?B.?B. se sorprendió de que los agentes manejasen esa información y sus respuestas no fueron concretas. El declarante aseguró que «decía cosas así, a través de chats, para simpatizar con internautas a los que le gustaban los niños y la pornografía infantil, y así dar pie para iniciar conversaciones». Según parece, cuando se le preguntó si conocía a Pajimorbo y Corbachín se limitó a decir que no lo recordaba. Los agentes prosiguen haciendo gestiones para localizar a los dos individuos citados.

Lo que sí admitió de forma abierta el acusado es que intercambiaba fotografías de pornografía infantil en la Red, y añadió que «si las que él enviaba le decían (los receptores) que eran repetidas ya nos las querían. Y que las que él recibía, si ya las tenía, las eliminaba y si eran nuevas las guardaba». F.?M.?B.?B. relató también que los vídeos e imágenes que se encontraron en su ordenador «se las facilitaban a través de Skype los contactos que tenía. Y también a través del programa de intercambio de archivos Ares».

Mientras, el acusado permanece en la libertad a la espera de conocer que decide la jueza instructora y la acusación pública.

Reconoció que escribe con dificultad, pero explicó que acudió a cursillos para iniciarse en la informática

 

La declaración de F.?M.?B.?B. a los investigadores encargados del caso incluye una serie de detalles que llaman la atención. Por una parte reconoció que escribe con dificultad, pero luego añadió que realizó varios cursos de iniciación a la informática para tener un mayor dominio con el ordenador que había en la vivienda familiar.

La falta de conocimiento de la lengua inglesa también condicionó mucho la descarga y el intercambio de archivos de pornografía infantil, tal y como dijo en su comparecencia. Según relató, el hecho de desconocer este idioma le impidió tener mayor acceso a los contenidos que buscaba, ya que no sabía las expresiones o el vocabulario necesario para hacer búsquedas concretas en las páginas web a las que accedía. Según parece, los investigadores habrían recomendado a su entorno que cancelase el servicio de Internet de la casa para evitar que prosiguiese con la misma actividad.

 

El detenido admitió a la Policía que mantuvo sexo virtual tres veces con el menor chileno que lo denunció

 

Un correo electrónico procedente de Chile fue el detonante que hizo saltar la investigación. Un menor de 14 años, llamado Daniel, aseguraba en dicha correspondencia que el ribeirense imputado le enseñó los genitales y le propuso otros ejercicios sexuales que él rechazó, motivo por el que, segura en el escrito, decidió denunciarlo. En su declaración al Grupo de Delincuencia Económica y Tecnológica de la Brigada Provincial de Policía Judicial de A Coruña, el imputado aclaró que conoció al adolescente chileno en un chat para homosexuales, y que mantuvo, hasta en tres ocasiones, sexo virtual con él a través del programa de videoconferencias Skype.

Este barbanzano aseguró el pasado día 21, cuando se registró su domicilio y fue detenido, que «Daniel buscaba «un amo para sexo virtual, que le dijo también que le gustaba exhibirse por webcam y el sexo duro». El imputado añadió que Daniel accedió, tras solicitárselo, a tocarse diferentes partes íntimas del cuerpo en las citadas videoconferencias. Además, este ribeirense confirmó a los agentes que, en ese momento, ya sabían que Daniel tenía 14 años.

 

 

La madre del adolescente

 

F.?M.?B.?B. añadió en su declaración que fue la madre de Daniel la que le envió un mensaje por Facebook, desde la cuenta de su propio hijo, exigiéndole que no volviese a contactar con él. El ribeirense reconoció a los agentes en su declaración que él cree que ese mensaje lo mandó Daniel para cortar las comunicaciones.

 

Un laberinto para encontrar archivos

 

El camino para encontrar, dentro de los dos discos duros que tenía el ordenador investigado, los archivos de pornografía infantil solo lo conocía el acusado. Él mismo creó en esta computadora de sobremesa, que estaba en el comedor de la vivienda familiar y que compartía con su madre, una ruta de acceso a los archivos muy difícil de localizar para usuarios de nivel medio o medio-alto. El objetivo del detenido, según reconoció a los policías, era evitar que su progenitora encontrase algo cuando usaba el ordenador para revisar el correo y ver información.