Temor en Noia por si llega a la ría el parásito que mata el berberecho

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

NOIA

MARCOS CREO

La «martelia», que mantiene la población de este molusco bajo mínimos en el estuario arousano, ya pasó también a aguas de Pontevedra y Vigo

28 ene 2015 . Actualizado a las 17:26 h.

«Claro que estamos preocupados, hoxe por hoxe é unha das nosas principais preocupacións con respecto aos bancos marisqueiros

». Así responde Liliana Pais, bióloga de la cofradía de Noia, al preguntarle si en la ría noiesa hay o no temor a que llegue la

martelia

del berberecho, es decir, el parásito que apareció en el año 2012 en Arousa y que desde entonces mantiene bajo mínimos la población de este bivalvo. ¿Por qué, si la

martelia

lleva desde hace tres años en el estuario arousano, los noieses deben tener más miedo ahora que antes a que llegue a sus bancos? Porque, tal y como reconocía la Xunta recientemente, ya se ha extendido también a aguas de Pontevedra y Vigo. Y ahí es donde reside la preocupación de los noieses.

En teoría, de momento, deberían estar tranquilos. Hace unos días, José Molares, subdirector xeral de Investigación y Apoyo Científico -perteneciente a la Consellería de Mar- señalaba que si bien es cierto que la martelia dejó de estar confinada en Arousa y pasó a las rías de Pontevedra y Vigo, a Noia no ha llegado. Sin embargo, añadía unas palabras que no dejan tranquilo a nadie en la ría noiesa: «Ante esta introducción de nuevas enfermedades no tenemos mecanismos de defensa».

Precisamente, una respuesta similar se la dio también Molares a Liliana Pais en una reunión en el Intecmar en la que la bióloga de la cofradía de Noia evidenció la preocupación que hay en su pósito por la posible entrada del parásito. Tras ese encuentro, la cofradía sacó como conclusión que lo único que puede hacer es continuar fiel a su costumbre de no meter ni un kilo de semilla de fuera en la ría, sino tirar siempre de su propio criadero. Y lanzar avisos a los pósitos de Muros y Porto do Son para que hagan lo mismo, para que no introduzcan ejemplares de otras zonas si no tienen todas las garantías de que no están contaminados. No en vano, se supone que el principal factor de riesgo es trasladar ejemplares de un lugar donde hay martelia a otro limpio.

 

 

Depuradoras

 

 

Aún así, blindar la ría ante esta enfermedad del berberecho parece misión imposible. Basta con que marisco de una zona con martelia se lleve a alguna depuradora de la ría y que esta vierta sus aguas en el estuario noiés para que puedan registrarse problemas. Además, tal y como reconocía José Molares, se desconoce el intermediario del parásito y si este fuese, por ejemplo, una especie de zooplancton que se desplaza con las corrientes sería imposible detenerlo.

 

Precisamente, de que el pósito tiene prácticamente las manos y pies atadas ante la posible llegada de la martelia hablaba Santiago Cruz, el patrón mayor noiés: «

Estamos preocupados, pero pouco podemos facer»

, señaló.

Granito de arena

 

Da la sensación de que blindar la ría de Noia para que no entre la martelia es, sino imposible, muy complicado. Pero la gente ligada al mar sí puede poner su granito de arena. El sentido común debe imponerse. No hay que introducir en la ría semilla de la que no se tengan garantías. Es hora de extremar precauciones. Mejor tirar de prudencia que poner en riesgo el principal recurso del estuario.

 

El bivalvo, que en otras zonas es un complemento, en el caso noiés deja unos cinco millones al año

 

Desde que el berberecho desapareció en la ría de Arousa a cuenta del parásito, el marisqueo, tanto el del norte como el del sur de la ría, está en una situación difícil. Pero, aún así, está logrando sobrevivir gracias a otros recursos como la almeja. En Noia, de quedar afectada la especie por la martelia, las cosas seguramente serían bastante más complicadas. No en vano, la cofradía tiene los bancos de berberecho más importantes de Galicia. La especie suele facturar alrededor de cinco millones de euros cada año. Y es el sostén de la economía de unas 1.400 familias de toda la comarca de Noia. Por tanto, se trata de un recurso de capital importancia, imprescindible para la solvencia del pósito.

El año pasado, en el 2014, el pósito noiés facturó 7,5 millones de euros. De hecho, 4,9 procedieron de la venta de berberecho, es decir, supuso el 65,5%.