¿Qué le pasa a la ría de Arousa?

María Hermida
maría hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Xunta y colectivo reconocen una caída de la producción en todo el estuario; la clave es saber si se trata de un ciclo o si las vacas flacas llegaron para quedarse

25 ene 2015 . Actualizado a las 05:02 h.

Últimamente, cuando uno pone los ojos en una playa de Boiro coincidiendo con la bajamar, siempre da la sensación de que los mariscadores a pie están trabajando. Sin embargo, a veces, conforme uno se acerca a las personas que doblan el espinazo en arenales como Mañóns o As Redondas descubre una realidad que, por mucho que se repita, no deja de ser escalofriante: en ocasiones los que trabajan en enormes batallones y a plena luz del día son furtivos. Viendo la cantidad de mariscadores ilegales que día tras día recogen almeja, bien sea en Boiro bien en Rianxo o A Pobra, se puede llegar a una conclusión fácil y simple: la ría de Arousa sigue teniendo una capacidad de producción descomunal. Pero los árboles no pueden ocultar el bosque. La ría que siempre fue conocida como la más rica del mundo da síntomas de agotamiento. Lo lamenta el sector y lo reconoce la Xunta. La gran duda es si se trata de un ciclo, si el marisqueo se recuperará a corto plazo, o si habrá que convivir tiempo con la escasez.

«Non hai marisco». Esta frase se repite hasta la saciedad en boca de productores, responsables de cofradías y comercializadores a lo largo y ancho de la ría de Arousa. Y, realmente, los datos indican que la producción ha bajado de forma preocupante desde el año 2007. En términos generales, el peor ejercicio fue el 2013. Se recuperaron un poco las capturas de almeja en el 2014, pero todavía con unas cifras raquíticas para la fecundidad típica en el estuario arousano en años de bonanza. Lo peor del asunto es que, se hable con el biólogo de Cabo de Cruz o con el de Aguiño, todos inciden en lo mismo: los bancos siguen bastante tocados, no hay la cría de almeja que se veía hace tiempo. Y, por tanto, parece difícil que el 2015 vaya a ser abundante en capturas. De hecho, posiblemente no lo sea tampoco el 2016. Encima, del berberecho es casi mejor no hablar.

La pesadilla del berberecho

Solo con lo que ocurre con esta especie es suficiente como para que el marisqueo se tambalee en la ría de Arousa. Las poblaciones de berberecho quedaron arrasadas en el 2012 por un parásito, la famosa marteilia. Y la situación no ha cambiado demasiado desde entonces. Apenas se ve la especie en ningún banco. No hay noticias de ella en Os Lombos, que era el gran surtidor de la ría. Y en las cofradías señalan que tampoco detectan cría en sus autorizaciones. La Xunta dice que falta tiempo para que pueda recuperarse. Los datos, en este caso, son apabullantes. En años como el 2007 y el 2008 se capturaban en la ría de Arousa más de dos millones de kilos de berberecho. En el 2014 fueron 180.000.

En algunos pósitos, como el rianxeiro, empezaron a comercializar birollo, una especie de sucedáneo. Se cotizaba a unas cantidades muy inferiores, pero al menos ayudaba a mejorar los ingresos de un sector al que últimamente no le dan las cuentas. Pero ni siquiera esa ha sido una solución válida. Actualmente, el birollo también tiene talla pequeña, y apenas hay ejemplares que alcancen el tamaño comercial.

Las cofradías, al menos las de la parte norte de la ría de Arousa, están todas intentando buscar soluciones. Lo explican biólogos como el del pósito de Aguiño, que señalaba que lo único que está claro es que en los bancos hay poco marisco, pero que aventurarse a citar las causas es difícil. Él está en contacto con un grupo de biólogos para determinar por qué tanto la almeja roja como la babosa están en unos niveles tan bajos de producción. De momento, no tiene claro si son causas naturales las que están detrás del problema, aunque en el caso aguiñense las riadas no les afectan, o qué es lo que ocurre.

Distintas causas

En Cabo, la bióloga habla de un cúmulo de factores que merman la producción. Desde el furtivismo a las riadas pasando por los cambios de tiempo y, sobre todo, las oscilaciones bruscas en la temperatura del agua. «Méteste no mar un día e está frío, e ao seguinte parece auga da ducha, e iso prexudica moito á ameixa», señala la profesional.

La bióloga del pósito rianxeiro respira medianamente aliviada este año. Explica que el 2014 fue terrorífico para la cofradía. No en vano, por falta de marisco, las productoras de a pie tuvieron que parar durante cinco meses y daba la sensación de que el marisqueo se iba por la borda en este municipio. Este año están cogiendo topes muy reducidos, pero al menos están trabajando.

Aunque con algunas variaciones, el panorama general es muy parecido en toda la ría, de escasez de producto. Otra cuestión que están sufriendo los mariscadores de las dos partes del estuario es el descalabro de los precios. Las cotizaciones, aunque depende del momento -en Navidad se alcanzaron buenos precios-, no se aguantan demasiado. Basta con ver algún ejemplo. El trienio 2003-2006 fue también crítico para la producción. Pero en aquellos años la almeja babosa alcanzaba una cotización media de 16,33 euros. En el 2014, con las capturas de nuevo por los suelos, el precio medio fue de 12,32. La diferencia, por tanto, es considerable. Y la ecuación sencilla: menos producción, menos facturación igual a más angustia en el sector.

Contaminación

Quizás por la congoja que viven los productores, en las cofradías se abren ahora debates que, aunque latentes, eran difícil de escuchar antes. Por ejemplo, se echa pestes contra los vertidos; una lacra que, desafortunadamente, está lejos de pasar a la historia. Desde uno y otro pósito denuncian el hecho de que algún municipio como Ribeira todavía no tenga en funcionamiento ninguna depuradora -solamente funciona por ahora una antigua decantadora-.

Lo que nadie se atreve a decir es si hay crisis para largo o si la ría se recuperará como hizo otras veces, reivindicando su liderazgo productivo; quienes ven el vaso medio lleno hablan de ciclos productivos. El resto, de que nunca se vieron en tal aprieto.