«Jubilados de profesión, no de corazón»

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

Alrededor de 800 mayores derrocharon espíritu joven en la comida de confraternidad de Boiro

25 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Las primaveras no pasan para los mayores de Boiro. Que el espíritu de la juventud se lleva por dentro lo demostraron ayer los casi ochocientos invitados que se reunieron en la comida de confraternidad del pabellón polideportivo de Barraña. Además de mucha marcha, los comensales demostraron tener buen apetito y dieron buena cuenta de un suculento menú en el que no faltó el marisco. Después de degustar cinco platos, los asistentes hicieron la digestión bailando al ritmo de la música. Los discursos de las autoridades tampoco podían faltar en una celebración que sigue ganado adeptos. El alcalde boirense, Juan José Dieste, quiso dejar claro que los mayores son «jubilados de profesión, no de corazón» y les agradeció el trabajo incansable que hicieron durante décadas para luchar por el porvenir de las siguientes generaciones. También recordó que en los tiempos que corren, los abuelos se han convertido en el pilar fundamental de muchas familias que han sufrido el revés de la crisis. El presidente de la Diputación de A Coruña, Diego Calvo, también cogió el micrófono para dedicar unas palabras a los presentes. En la misma línea que el regidor de Boiro, se mostró encantado de participar en la celebración y destacó el mérito de tantos mayores que trabajaron duro por los suyos. El alcalde A Pobra, Isaac Maceiras, el regidor sonense, Luis Oujo y el mandatario ribeirense, Manuel Ruiz Rivas, tampoco se perdieron el acto.

Un obsequio para todos

Los comensales no se fueron para casa con las manos vacías y todos recibieron un obsequio que podrán disfrutar en próximas sobremesas con la familia o los amigos. Las botellas de licor son un regalo que nunca pasa de moda y que en esta ocasión causó también expectación.

La comida de confraternidad es una cita que muchos tienen marcada cada año que pasa en el calendario. A juzgar por lo bien que lo pasaron los asistentes a la celebración de ayer, seguro que el año que viene la cifra de personas que se inscriben aumenta.

Los boirenses volvieron a demostrar que la tercera edad es para disfrutar y que cumplidos los sesenta, los setenta o los que vengan todavía hay mucho que festejar. Para el recuerdo quedan bonitas imágenes que dan cuenta de la alegría de quienes se dieron cita en las instalaciones de Barraña.