Nueve años pagando la hipoteca de un piso que al final no es suyo

María Hermida
María Hermida RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Un matrimonio de Boiro compró una vivienda y luego descubrió que estaba embargada; ahora la casa tiene otro dueño y tiene que abandonarla

08 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No quieren decir su nombre ni que se les fotografíe porque, señalan ellos, «non buscamos dar pena, soamente queremos que se faga xustiza». Pero sí acceden a contar su historia. Se trata de un matrimonio de Boiro que en el año 2003 hizo lo que la mayoría de parejas jóvenes en aquellos momentos: adquirió un piso sobre plano, ubicado en la avenida de la Constitución. En su caso, se lo compraron a Promociones Inmobiliarias Juan Sampedro en febrero del 2003 por 81.000 euros. Los primeros años, todo fue según lo previsto: la vivienda se construyó, entraron a vivir en ella en el 2005 con esa ilusión que invade a todo el que estrena su primer hogar en propiedad y contrataron todos los servicios necesarios, agua, luz y demás. Pero en el 2008 ocurrió algo que les cambió la vida: descubrieron que esa casa por la que habían pagado religiosamente una entrada de más de 16.000 euros y cuya hipotecan seguían abonando mes a mes, en realidad, pertenecía a otra persona, es decir, que no era suya.

El propietario de la casa recuerda bien ese momento. Les llamó una empleada del banco con el que tienen contratada la hipoteca y les dijo, así, como si de un disparo a quemarropa se tratase, que cuando ellos escrituraron el piso, en realidad, la promotora Juan Sampedro no lo tenía libre de cargas como les había dicho, sino que estaba embargado. Y no solo eso, sino que una persona lo había comprado en subasta pública y, por tanto, ahora era la legítima propietaria.

Adjudicado a otra persona

Al principio, lo que les contaba el banco les sonaba tan surrealista que no lograban creérselo. Hasta que la pesadilla se confirmó. A través del juzgado de Ribeira comprobaron que, efectivamente, ese piso se había adjudicado a otra persona en una subasta pública hacía solo unos meses. ¿Qué hicieron? Además de empezar a vivir «cunha angustia tremenda día tras día», se pusieron en manos de un abogado, que lo primero que intentó fue negociar con la promotora. Señala el letrado que fue imposible llegar a algún tipo de acuerdo: «Solamente nos daban largas y más largas, no querían hacerse cargo de la situación y pese a decirles a lo que se exponían penalmente porque íbamos a querellarnos contra ellos, no se responsabilizaron de nada». Finalmente, acudieron al juzgado.

Se da la circunstancia de que esta querella contra el promotor, que fue admitida a trámite, sigue instruyéndose, es decir, no está resuelta. Sin embargo, lo que sí avanzó fue el pleito iniciado por la persona que compró en subasta pública la casa para reclamar que abandonen el piso. Actualmente, ya hay una sentencia firme que indica que esa vivienda pertenece a esta última y que tienen que abandonarla. No tienen fecha de desahucio aún, pero saben que están con un pie fuera.

Continúan pagando

Pese a que son conscientes de que el piso es de otra persona, el matrimonio sigue pagando la hipoteca, y ya van nueve años abonando el préstamo, y viviendo en él. Lo hacen porque creen «que se ten que facer xustiza, que isto non pode quedar así». Contactaron con Stop Desahucios por si les llegase la orden de desalojar. Y ahí siguen. Pagando y desesperándose día tras día: «Isto rómpenos a vida», remachan.