Siete ataúdes precedieron al santo en la multitudinaria procesión
22 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Velas, túnicas moradas y pies descalzos volvieron a ser, un año más, los elementos llamativos de la estampa que ayer se registró en A Pobra. El telón de fondo lo constituían las miles de personas que abarrotaron la localidad para arropar al Divino Nazareno en su desfile. Fue, como siempre, el mejor colofón para el cartel estival de citas lúdicas. Ni siquiera el sol quiso faltar y tras una semana de intensas lluvias no solo apareció, sino que dejó en Barbanza temperaturas por encima de los 25 grados.
Resulta difícil determinar el número de personas que ayer quisieron mostrar su devoción hacia el santo pobrense. Había quien decía que la afluencia era menor que en otras ocasiones, mientras que otros aseguraban que se trataba de una de las ediciones más concurridas. Lo cierto es que vecinos y visitantes, llegados en coche o en los 207 autobuses que aparcaron en la zona portuaria, colapsaron desde primera hora la iglesia de O Caramiñal y sus alrededores, para participar después en una procesión que se prolongó durante más de dos horas.
Integraban el núcleo de esta comitiva las autoridades, capitaneadas por la conselleira Beatriz Mato, el senador Torres Colomer y el regidor local; los miembros de la banda de la Escuela Militar de Marín y los siete ataúdes que precedían al santo. El momento más emotivo tuvo lugar, como es tradición, cuando la imagen llegó a la altura de A Covecha. Allí, la marea humana hizo un alto en el camino y, bajo el estruendo de una impresionante traca de bombas, decenas de devotos intentaron tocar al Nazareno o pasar por su túnica infinidad de objetos personales.
Concluida la procesión de As Mortaxas y la misa posterior, encontrar mesa en los locales hosteleros de la villa se convirtió en una difícil misión.
La fiesta sigue hoy
Las celebraciones en honor del Nazareno continúan hoy en A Pobra con un programa que incluye la instalación de juegos hinchables para los niños a partir de las 11.00 horas en la plaza Segundo Durán, la verbena a cargo de Olympus y una sesión de fuegos artificiales y acuáticos a medianoche.