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La lluvia amenaza la cosecha de maíz y pone en jaque al marisqueo

maría hermida / x.?r.?alvite RIBEIRA / LA VOZ

AGRICULTURA

Los agricultores, que ya deberían estar ensilando, no pueden hacerlo y los productores temen que si se repiten trombas de agua como la de ayer vuelva a morir el molusco

19 sep 2014 . Actualizado a las 11:33 h.

El tiempo le está haciendo un flaco favor a los sectores primarios de Barbanza, tanto a la agricultura como al marisqueo. Desde que empezó septiembre, hubo nueve días de lluvia por otros tantos secos. Encima, en algunas jornadas se registraron auténticas trombas de agua, como ayer, que a las cinco de la tarde ya se habían recogido 61 litros por metro cuadrado en la estación meteorológica de Cespón, en Boiro. Con semejante panorama, la cosecha de maíz, que prometía ser histórica porque el húmedo verano le había favorecido, está seriamente amenazada. Y no le va mejor a los bancos marisqueros, ya que si persiste la lluvia bajará la salinidad y eso suele derivar en mortandad. De hecho, el último invierno las zonas productivas quedaron seriamente afectadas y los distintos recursos no están recuperados.

De que siga o pare la lluvia dependerá si los agricultores acabarán teniendo pérdidas o no. Lo que ya es seguro es que sus planes se han trastocado de lleno. Este verano, la lluvia intermitente hizo que el maíz creciese sobremanera y que se hablase de una cosecha récord. El problema es que este mes, justo cuando las plantas están en su momento más sensible porque se está formando la espiga y asentando el grano, cayeron auténticas trombas de agua, que amagan con arruinar lo cosechado, sobre todo, porque en esta época lo que el maíz necesita son muchas horas de sol. Estos días, de no ser por el mal tiempo, los ganaderos deberían estar ya ensilando, pero, aunque deje de llover hoy mismo, no podrán hacerlo hasta que sus fincas vuelvan a quedar secas.

¿Qué ocurre con el marisqueo? De momento, y afortunadamente, no se registra mortandad en las concesiones. Pero la lluvia, de persistir, es una clara amenaza. Lo decía ayer el patrón mayor noiés, Santiago Cruz: «Nós agora mesmo, coa campaña ás portas, o que necesitamos é que o berberecho teña calor para que medre. Esta chuvia non lle ven nada ben. Esperemos que pare, porque se persiste si que podemos ter problemas». Y frases similares salían de la boca de otros responsables de los pósitos, como el rianxeiro Miguel Iglesias, que recordaba que en su pósito todavía perduran las secuelas del invierno, cuando la lluvia mató una cantidad brutal de marisco, que obligó a las productoras de a pie a parar su actividad a lo largo de cuatro meses.

Los bateeiros

Por si con todos estos problemas fuese poco, a los bateeiros, parados por la toxina, también les perjudica la lluvia. El mejillón está flojo y, si sigue el mal, tiempo, puede acabar en el fondo.

Más información sobre este tema en la página L3.