El boirense que remó hasta lo más alto

BORJA OUJO / A.?G. RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Este joven de Cabo de Cruz se proclamó este año campeón del mundo en Hungría

31 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cada vez hay más escuelas y clubes deportivos en la comarca. A pesar de que el fútbol y el baloncesto siguen siendo los que más gente reúnen, últimamente proliferan los jóvenes que deciden probar suerte en disciplinas minoritarias. Cristian Silva, nacido en Cabo de Cruz en 1996, es uno de estos casos. El boirense practicó deportes tan variados como voley, tenis, hockey, natación o atletismo, entre otros. Finalmente, en el verano del 2008, decidió participar en una actividad que ofrecía la posibilidad de aprender piragüismo para hacer pequeños recorridos por la zona marítima.

Cuando tomó esta decisión no podía imaginarse los caminos por los que le iba a llevar. El deportista afirma: «Gustoume tanto que decidín seguir practicando no inverno». Uno de los factores que le atrajo especialmente es el de estar vinculado al mar, una de sus grandes pasiones. A partir de ahí, su carrera fue meteórica. «Comecei adestrando nunha piragua de iniciación», recuerda. Sus aptitudes para esta disciplina eran incuestionables. Al poco tiempo adquirió todos los conocimientos básicos y ya estaba preparado para competir. Cristian Silva explica que «ao mes de estar preparándome o adestrador xa me dixo de competir nunha copa galega».

Paso a paso

En esta prueba consiguió quedar entre las diez primeras posiciones. Su siguiente parada fue el campeonato gallego. Allí demostró de lo que era capaz, y consiguió una meritoria segunda posición. «Este resultado motivoume para seguir», comenta. Este mismo año también participó en una contienda nacional. En esta cita logró rozar el podio, obteniendo una cuarta plaza en la clasificación.

Cristian Silva pasó a formar parte del Centro de Tecnificación Deportiva de Pontevedra. El boirense aprovechó esta experiencia para mejorar cada día más. «Tiñamos un horario especial», recuerda. Los martes y jueves asistían a siete horas de clase por las mañanas, dejando las tardes exclusivamente para la práctica deportiva. Los lunes, miércoles y viernes tenían seis, con un intermedio de 120 minutos para entrenar, actividad que reanudaban después de comer.

Posteriormente se trasladó al Centro de Tecnificación Deportiva de Trasona, en Asturias. En esta entidad la planificación cotidiana era distinta. Las clases se impartían por la mañana, mientras que por tarde tenían largas sesiones de entrenamiento. Los sábados la práctica deportiva les ocupaba toda la jornada, el domingo solo en horario matutino. Los lunes era el día que tenía para descansar del piragüismo y «poñerme ao tanto co estudio».

En la cima

Su rendimiento le llevó a alcanzar el oro en varias ocasiones. En el año 2011 logró oros en los campeonatos nacional y autonómico, algo que repetiría en las sucesivas ocasiones.

Su primera gran aparición internacional fue en el europeo de Polonia, en el 2013. Allí logró quedar sexto en la segunda final de 200 metros. Este año también se clasificó para el torneo, pero declinó participar para centrase en la cita más especial, el mundial de Hungría.

Cristian Silva cuenta que el ambiente era increíble, «alí é un deporte estrela». La regata fue muy justa. «O adestrador vía nas pantallas que iamos segundos en todos os parciais, e no tramo final conseguimos adiantar aos rusos», recuerda. El boirense cuenta que fue impresionante verse primero, por encima del resto de competidores. «É unha recompensa polo esforzo», afirmó.

Ahora, el campeón del mundo ha sido admitido en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla. Allí, además de mejorar su destreza deportiva, estudiará el grado en Comunicación Audiovisual, sector al que le gustaría dedicarse cuando deje de competir.

Cristian silva piragüista