La carrilana de la escudería Cachis Boys voló para hacerse con la victoria en Esteiro

J.?M. Sande MUROS / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

La organización calcula que unas 20.000 personas se citaron en Muros para seguir la espectacular carrera

21 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Un doble campeón y varios participantes con unas cuantas magulladuras es el balance de la última edición del Gran Prix de Carrilanas de Esteiro. Aunque ayer en la comarca sobraban citas festivas a las que acudir, parecía que nadie quería perderse el espectáculo que cada año ofrecen los peculiares vehículos sin motor que se citan en Muros. Y eso que la prueba fue cosa de un visto y no visto. Los bólidos que se sumaron a la competición este año volaron por el circuito de O Maio. Y por delante de todos ellos alcanzó la meta la obra de ingeniería mecánica de la escudería Cachis Boys, que por segundo año consecutivo se hizo con el entorchado en la localidad muradana.

Fran Piñeiro, que contó con Manuel Fernández como copiloto, demostró la misma pericia a los mandos de su carrilana que el mismísimo Fernando Alonso conduciendo su Ferrari para lograr la victoria en una cita que no defraudó a las cerca de 20.000 personas que, según los cálculos de la organización, colapsaron Esteiro para seguir el desarrollo del Gran Prix de Carrilanas. Velocidades punta de hasta 80 kilómetros por hora son una buena muestra de lo en serio que se toman los participantes la competición.

El único pero que podría ponerse a este gran premio es el considerable retraso con el que se desarrolló. De hecho, la jornada comenzó más temprano de lo previsto inicialmente porque la lluvia de los últimos días retrasó hasta primera hora de la tarde de ayer la pole position, la prueba en la que se clasifican para gran premio Marqués de Vizhoja las veinte carrilanas más veloces y que debería haberse desarrollado el sábado.

Mismo resultado

Curiosamente, en el podio de la competición final se repitió el resultado de la eliminatoria, de modo que Manuel Luces y Bruno Lariño, de la escudería Pub d?Tabota, quedaron segundos y Vidal Fernández y Juan Manuel Mayo acabaron en tercera posición.

Pese a la competitividad que reina en el circuito, y que hizo que la prueba estuviese muy igualada, la disputa se desarrolló sin incidentes graves y solo se registró una salida de vía sin heridos de consideración. También durante la pole position hubo dos accidentes, pero pilotos y copilotos salieron del paso con algunas magulladuras y sin lesiones graves.

Donde hubo más tranquilidad fue en la carrera de las carrilanas lentas, que además contó con el atractivo de ver en acción algunos vehículos que son auténticas obras de arte elaboradas por un ebanista de Esteiro, Gerente, que cada año da forma a un nuevo turismo. En esta edición tomaron la salida nada menos que 18 de sus creaciones. Él mismo se puso a los mandos de una de ellas con otro clásico de esta cita, Bolato, como copiloto. Su paso por el circuito de O Maio fue de los más aplaudidos. Con todo, la victoria en esta categoría fue para Eloi Facorro, de la escudería Facorro.

Los más pequeños

Los primeros en tomar la salida en Esteiro fueron los corredores de la categoría infantil, una veintena de pequeños pilotos que con su participación demuestran que el futuro del Gran Prix, que este año vivió su edición número veintisiete, está garantizado. El primer puesto fue para Josiño Lago y Álvaro Rodríguez, de la escudería muradana A Virxe do Camiño.

Con un total de 81 vehículos en competición, la carrera de carrilanas de este año fue una de las más concurridas. Por esta razón, por la afluencia de público y en vista de que no hubo que lamentar accidentes graves, desde la organización hablaban a última hora de ayer de «éxito total».