«Barbanza tiene lugares únicos y ese ocio de lujo hay que pagarlo»

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

cedida

Una de las voces autorizadas del turismo asegura que la comarca tiene un potencial increíble y propone acciones para su desarrollo

20 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Doménec Biosca tiene una visión optimista sobre Barbanza y su turismo. Este gurú del sector ha puesto sus ojos en la comarca, de la que opina que tiene parajes únicos en el mundo. Esta singularidad es lo que Biosca cree que aporta un potencial inimaginable a la zona. Eso sí, aún está por fomentar.

-¿Puede revelar su rincón favorito en Barbanza?

-La lonja de Ribeira, sin duda. Se pueden ver muchos pequeños empresarios que están arriesgando su patrimonio o sus vidas por vender en este espacio. Y eso es un espectáculo humano de emociones y sueños que resulta increíble. El puerto en general y toda la actividad que se genera es algo que me satisface mucho. Es más, ya le dije al alcalde de Ribeira que si algún día se vende el local del Círculo Mercantil tiene que avisarme, ¡Sería estupendo para el jubileo!.

-Parece que Ribeira le ha calado especialmente...

-Así es. Con esas playas, esas dunas, ese mar... Poder navegar por esta zona te permite descubrir cosas que no ves en otros sitios. Yo puedo decir que viajo 200 días al año y no he visto nada igual. Además, sois un cruce de caminos y tenéis a la espalda una gran mochila de historia y sacrificio.

-¿Cree que esa potencialidad de la que habla está correctamente enfocada al turismo?

-Si me dijeran que tengo tres meses para convencer a políticos, alcaldes y empresarios, lo primero que recomendaría es proteger y conservar la naturaleza. Luego sustituiría la palabra explotación por disfrutar. Habría que formar un libro de estilo para garantizar que no puede haber otra arquitectura que la propia. Eso es lo que quiere descubrir la gente que no conoce Galicia ni Barbanza.

-¿No cree que la especialización es básica?

-Es fundamental. Y por eso hay que definir en qué queremos ser atractivos. ¿En la gastronomía? ¿En la calidad y el lujo que ofrecen los hoteles? ¿Amabilidad, limpieza u orden? También es importante saber qué quiere la gente. Lo que está claro es que no podemos apostar por llenar nuestros municipios solo en julio y agosto, en donde no se puede aparcar, se vende de todo y a cualquier precio... En Barcelona se pagan unos euros por ir a monumentos como la Sagrada Familia, y en París por ir a Notre Dame, que son excepcionales, pues Barbanza tiene lugares que son únicos y ese ocio de lujo hay que pagarlo. La gente oriunda también tiene que creérselo, algo que no sucede.

-El discurso que mantiene suena muy bien, pero, ¿puede detallar acciones concretas?

-En primer lugar hay que decidir si queremos visitantes o personas que pernocten. Si apostamos por tener gente que venga, visite y se vaya, o personas que se queden a dormir y estén varios días para hacer las rutas. Si es esto, necesitamos alojamiento en hoteles o turismo rural, pero tienen que ser confortables. Y sé de lo que hablo?

-¿Nota una carencia?

-La hay. El alojamiento tiene que ser confortable. Cuando uno sale de su casa quiere tener más que en su casa. La apuesta no es la cama, la apuesta es la confortabilidad. También es necesario definir qué encontrará la gente cuando visite Barbanza. Eso hay que exhibirlo a través de las nuevas tecnologías. La gente hoy no sale de casa antes de consultar el lugar y los días. Pero no hablo de municipios, hablo de la comarca en general. Hay que montar las vacaciones como un crucero, pero dentro de la comarca de Barbanza. El problema es que si no tengo alojamiento, el pasante acaba abandonando el lugar por desconocimiento y el dinero lo deja en otro sitio. Tampoco podemos tener un turismo rural que cierre en ciertas épocas. Y con la lluvia, hay que conseguir que no nos impida hacer nada. Barbanza, aunque llueva, tiene cosas extraordinarias.

-Pero aquí ya existe una mancomunidad que se dedica a todo esto desde hace tiempo...

-Y le va bien. Pero hay que seguir y dar un paso más. Presenté un proyecto para el centro de formación hostelera de Boiro que creo, sinceramente, que es muy posible realizarlo y que podría servir de base.