Las llamas calcinaron unas 800 hectáreas en Barbanza desde julio

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

SIMÓN BALVÍS

La comarca ha sufrido en los últimos 60 días, además de los dos grandes de esta semana, infinidad de pequeños incendios que pintaron de negro el suelo

01 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El verde le sigue ganando la batalla al negro. Lo que no quita que ciertas zonas de la comarca estén cubiertas por un manto de ceniza tras quedar inservibles por la acción indiscriminada del fuego. Y es que Barbanza ha vuelto a ser este verano pasto de las llamas. El foco más grande, y que sembró el caos en la zona, aún se dio por controlado ayer, después arrasar 450 hectáreas de Boiro y Lousame -en la misma zona ardieron 22 el pasado día 16-. Pero la cifra global, ahora que ya finalizó agosto, y echando la vista atrás hasta el primer día de julio, se eleva a unas 800. Se trata de una superficie que ha quedado carbonizada, y que tardará tiempo en volver a ser fértil.

El segundo foco más grande también tuvo lugar esta semana. Fue en Ribeira y sus vecinos seguro que tardarán tiempo en olvidarlo por la alarma que generó al sitiar el polígono industrial, la autovía y varias casas de Deán Grande. Este ayuntamiento no ha dejado de sufrir pequeños focos este mes. La estimación oficial de terreno calcinado por ahora asciende a 30 hectáreas.

En Outes también saben lo que significa convivir con el humo. El 18 de julio ardieron 50 hectáreas, pero esta semana hubo que sumar otras 20. Muros también ha vivido una situación dramática en los últimos días. En la parroquia de Louro se registraron dos incendios, ambos por la noche, que se llevaron por delante unas 20 hectáreas. Además, fue necesario vaciar un cámping de madrugada. Noia está siendo por ahora el municipio menos afectado con algo menos de 20.000 metros. El más importante se dio esta semana en San Lois.

Boiro vuelve a ser el ayuntamiento con más focos. Entre todos los pequeños incendios que fueron sofocados se quemaron unas 12 hectáreas. Se trata de un triste balance que los equipos de emergencias aún no dan por cerrado al existir todavía riesgo.

Más información en las páginas 6, 7 y 8 de la sección de Galicia.