Ya es historia. Una de las actuaciones más emblemáticas, en lo que a jardinería se refiere, de las ejecutadas en los últimos años en Rianxo ha sucumbido, quizá no a la crisis, pero sí al elevado coste de mantenimiento que conllevaba conservar en perfectas condiciones el pavo real vegetal que, hasta ayer, adornaba la rotonda de Rinlo.
El acceso a la villa rianxeira ya no volverá a ser lo que era después de que las autoridades municipales decidiesen «acabar» con el animal, una original composición realizada con distintas plantas que acabó por rebautizar el cruce en el que se encontraba como «a rotonda do pavo real». Lógica pura. Ahora, los rianxeiros tendrán que buscar una nueva denominación para la glorieta, que tendrá como ornamento una figura «máis simple».
Y es que el ave en cuestión era en sí misma poco menos que una obra de ingeniería paisajística que requería un elevado mantenimiento. No en vano, contaba con un complejo sistema de riego para que las plantas que simulaban la cola permaneciesen siempre verdes, y lograr mantener a raya las que daban forma a su cuerpo y cabeza era una ardua tarea, de manera que desde el Concello se optó por dar otra solución a la glorieta que diese menos trabajo a los jardineros.
Se pone fin así a la corta existencia de un pavo real que, en su día, dio mucho que hablar en Rianxo, y se había convertido ya en una figura emblemática. Hace algo más de un lustro que anidó en Rinlo y todo el mundo se había acostumbrado a su presencia, así que, a buen seguro, no faltará quien eche de menos su colorido.