Retiran 19 perros que vivían entre heces y esqueletos a una familia de Rianxo a la que ya le habían quitado otros 140

María Hermida
María Hermida RIANXO / LA VOZ

BARBANZA

Seprona, Policía y protectoras colaboraron en el operativo

12 abr 2013 . Actualizado a las 19:53 h.

Esta mañana, agentes del Seprona, Policía Local y miembros de protectoras irrumpieron en una casa de Rianxo para retirar 19 canes que vivían hacinados entre heces. A esta familia ya le habían sido retirados otros cien perros en el 2008.

El reloj marcaba las nueve de la mañana cuando una comitiva formada por agentes de distintos cuerpos y voluntarios de dos protectoras desembarcaron en la aldea de Villanustre, en Rianxo. Para evitar las escenas de tensión del 2008, cuando las autoridades se llevaron ya cien canes que tenía esta familia, hoy se intentó negociar con la propietaria.

Y se logró. Accedió a que entrasen a por los perros, que vivían dentro del propio hogar, en una especie de huerta y un patio. Tanto varios de los voluntarios como los agentes tuvieron que hacer esfuerzos para no marearse ante el hedor que hay en la casa y las dependencias contiguas, en la que heces, esqueletos de perros, los propios animales y sus habitantes conviven.

La familia propietaria de los animales está formada por un matrimonio de unos setenta años y una mujer anciana acamada, a la que ayer visitó Servizos Sociais para comprobar su estado. La hija del matrimonio, que también es partidaria de tener los canes, acude regularmente a la vivienda. Pero hoy no estaba. Madre e hija son muy conocidas en Barbanza.

Su historia empezó como una obra de caridad. Ambas construyeron un refugio para perros. Pero se les fue de las manos. Empezaron a acumular canes de forma masiva y, en el 2008, una denuncia hizo que se acabase descubriendo una situación horrenda: tenían más de cien canes viviendo entre excrementos y cadáveres de otros perros muertos. Las autoridades movieron ficha en aquel momento y se le retiraron todos los animales.

Sin embargo, cinco años después la situación es parecida. O, en algunos puntos, más grave. Y es que el número de animales hacinados es menor, pero si antes estaban en galpones y en el refugio, ahora, quizás para levantar menos sospechas, los tenían en su propia vivienda donde hay heces de perros por todas las dependencias, incluidas las habitaciones y la cocina. En la entrada al inmueble, hay una especie de bañeras llenas de excrementos que despiden un hedor insoportable. Y, pese a ello, dentro convive el matrimonio, la mujer acamada y, según los vecinos, de forma diaria está también por allí la hija y un menor de corta edad.