Sea porque llevaban tiempo sin celebrar un pleno, o porque la presencia de público en el patio de butacas al inicio de la sesión les animó, lo cierto es que, ayer, los concejales de la corporación sonense tenían ganas de discutir. Hubo polémica en prácticamente todos y cada uno de los puntos que se trataron, incluso en los que salieron adelante por unanimidad, hasta para votar una moción relativa al Día Internacional de la Mujer hubo trifulca. Porque, más que debate, lo que por momentos se vivió en el salón de plenos fue una disputa de patio de vecinos.
El «y tú más», los cuchicheos entre ediles del mismo grupo, más de una salida de tono, las interrupciones constantes y expresiones del tipo «mosca cojonera» o «payaso» no parecen comportamientos adecuados en un salón de plenos, y menos si provienen de los responsables políticos elegidos por los ciudadanos. De manera que, aunque se trataron algunos temas de calado para los vecinos de Porto do Son, como la modificación de la ordenanza de ayudas de emergencia social o el reglamento para optar a subvenciones para alimentos, buena parte de las más de cuatro horas de debate se esfumaron entre intercambios de opiniones más bien poco edificantes.
De hecho, la sesión de ayer se eternizó de tal manera que hubo concejales que tuvieron que abandonarla antes de que finalizase para acudir a su puesto de trabajo.