Nuevo atropello al patrimonio noiés

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez NOIA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

Quizá sea por su situación estratégica, pero parece que los cruceiros de Noia se han convertido en blanco fácil en accidentes de tráfico

30 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El 26 de noviembre, el patrimonio noiés sufrió un nuevo atropello. Literalmente. Un vehículo que se salió de la calzada se llevó por delante el cruceiro de Sobreviñas, en la parroquia de Argalo, dejándolo convertido en poco menos que un montón de granito. Lo llamativo del asunto es que no fue la primera vez que este elemento sufrió la embestida de un turismo, ni tampoco el único del municipio que ha vivido en sus carnes, o en sus piedras, el golpe de una carrocería. Hace años, el derribo del Desencravo de Eiroa provocó todo un movimiento para que se protegiera esta valiosa pieza de la etnografía noiesa.

El cruceiro da Virxe Negra, situado en Sobreviñas, justo en el cruce de la carretera que lleva hasta Boiro con el vial que pasa por O Confurco, fue víctima de un accidente del tráfico el pasado 26 de noviembre y ahora sus maltrechos restos descansan en dependencias municipales a la espera de que los técnicos valoren su estado y sus posibilidades de restauración. No es la primera vez que este monumento, en el que se representa a un Cristo crucificado y a la Virxe das Angustias, pasa por un trance semejante. Hace unos años acabó también por los suelos tras un episodio similar.

En este sentido, el edil Bieito González señaló que la ubicación tradicional de estos elementos patrimoniales, en cruces de caminos, tiene un peligro añadido una vez que esos viales son carreteras con un tránsito importante de vehículos: «De todos xeitos, as autoridades de Patrimonio non son partidarias de mover estes cruceiros do seu emprazamento orixinal», añadió.

En el año 2001

Lo cierto es que la experiencia que tienen en Noia con este tipo de piezas de la cultura tradicional no es demasiado afortunada. No en vano, uno de los monumentos más emblemáticos del municipio, el cruceiro de Eiroa, que representa el desenclavo de Cristo y se encuentra en la parroquia de Barro, sufrió también varios percances relacionados con accidentes de tráfico. El más grave tuvo lugar en el verano del 2001 y provocó que quedase reducido a añicos.

Meses de trabajo y una inversión de unos 19.000 euros consiguieron que recuperara su aspecto original. A mayores, el Concello atendió las demandas de los vecinos para proteger la cruz construyendo un muro alrededor del monumento.

Entonces, fue la compañía aseguradora del vehículo accidentado la que abonó la factura de la empresa encargada de la restauración de la pieza, algo que sucederá también en el caso del cruceiro de Sobreviñas, según explicaron desde el Concello.

Con todo, y aunque, a falta de una valoración por parte de los técnicos, es pronto para fijar plazos, es presumible que pasen algunos meses antes de que la cruz vuelva a ocupar su lugar a orillas de la carretera provincial.

También en Rianxo y O Son

Aunque son varios los ejemplos de agresiones accidentales al patrimonio noiés causadas por vehículos, no son los únicos que se dan en la comarca. De hecho, tanto en Rianxo como en Porto do Son se produjeron episodios similares en los últimos años.

Poco después del último «atropello» que sufrió el desenclavo de Eiroa, salió a la luz el caso de otro cruceiro en la parroquia sonense de Nebra que llevaba más de un año almacenado en el bajo de una vivienda a la espera de que las autoridades se dignaran a recuperarlo.

Por su parte, en Asados, en el término rianxeiro, un cruceiro desapareció en el 2009 después ser derribado por un vehículo y sigue almacenado en dependencias municipales.