Vecinos de Escarabote llevan dos meses sin recibir correspondencia

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El cierre, en el mes de noviembre, de la oficina que Correos tenía en esta localidad de Boiro significó «el principio del caos» que están viviendo

27 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los vecinos de Escarabote no reciben sus cartas desde hace semanas. Los hay que llevan dos meses sin tener noticias del cartero, o lo que es peor, de los familiares que residen lejos y que siguen utilizando este sistema para comunicarse con sus allegados, la mayoría personas de avanzada edad. Es por eso que la valoración que hacen muchos de los residentes en esta localidad boirense sobre el servicio que ofrece Correos es nefasta.

Escarabote es una población de 3.000 vecinos que creció considerablemente en las últimas décadas a ambos márgenes del vial AC-305. Los residentes que denuncian el «caos» aseguran que los trastornos van más allá de recibir o no la carta de un hijo o un hermano. «O peor son as cartas do banco ou dos recibos da contribución, luz ou auga, que non chegan, pero logo no banco pasan o cargo e a nós fáisenos moi difícil organizar as nosas contas coas pensións que temos ao non coñecer os importes das facturas», explica Ramón Lojo, un vecino de esta localidad que aún sigue esperando la carta de su nieta, que se mandó desde Barcelona hace más de un mes.

La escenario actual comenzó después de que Correos decidiese cerrar, el 19 de noviembre y «sin previo aviso», la oficina que tenía en el bajo del antiguo colegio de Escarabote: «Puxeron un folio na entrada anunciando o peche dun día para outro e o carteiro deixa as cartas metidas no pomo da porta, pero cando chove ou fai vento os sobres estráganse». Las quejas van más allá. Según explica un grupo de vecinos, «non é a primeira vez que aparecen sobres abertos e tirados nos portais ou nas beirarrúas, e iso non pode ser, trátase de algo privado».

Cambio en la numeración

Mientras, Correos se defiende de las denuncias planteadas asegurando que «el Concello cambió los números de las viviendas y las calles a principios de año y procedió a comunicárselo a todos los vecinos. Un año más tarde, los carteros de la zona se siguen encontrando con que más del 80% del correo que entra en la unidad trae las direcciones incorrectas, lo cual dificulta enormemente el reparto». La propia oficina de la zona ha realizado otro buzoneo a todos los vecinos para pedir su colaboración para que comuniquen a los remitentes su nueva dirección, y así poder «prestar el servicio con los plazos de calidad que se manejan en Correos».