Batidas y trampas hacen caer la población de híbridos en Barbanza

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO NOIA / LA VOZ

BARBANZA

En el último año murieron seis ejemplares y el martes fueron heridos dos

13 abr 2012 . Actualizado a las 07:02 h.

La aparición del lobo híbrido en la sierra de Barbanza supuso un problema no solo para la Administración gallega encargada de la conservación de la naturaleza, sino también para otros colectivos como el ganadero, el comunero o los cazadores agrupados en sociedades regularizadas. Es por eso que, desde su aparición, la población de estos animales, fruto del cruce entre lobos y perros asilvestrados, se ha visto reducida en seis ejemplares a causa de las batidas autorizadas por la Xunta y las trampas ilegales como las aparecidas en los últimos días. Según las estimaciones del Gobierno gallego, los híbridos que hay actualmente no superan la media docena. Además, esta semana dos fueron heridos con arma de fuego.

La política del Gobierno gallego en esta materia es muy clara: acabar con estos animales «contaminados genéticamente» para evitar que se mezclen con la especie autóctona, conocida como ibérica. Siguiendo estas directrices, tanto los agentes medioambientales de la zona, como los ganaderos, cazadores y comuneros, han realizado durante el último año batidas controladas para acabar con esta especie y evitar así que se cruce con la autóctona.

Esta medida nació cuando se demostró que el híbrido barbanzano había conseguido integrarse en las manadas de ibéricos que existen en Barbanza, algo nunca visto en otras especies iguales, según explican en la Xunta. Fruto de estas batidas, murieron, siempre según datos oficiales, cuatro ejemplares. A este número hay que añadir los dos que fueron encontrados muertos el pasado fin de semana a causa de trampas en forma de lazo de acero trenzado.

Otras posibles muertes

Lo que resulta una incógnita, pero que los guardias medioambientales no descartan, es que hayan muerto más animales híbridos fruto de las trampas. La Xunta asegura que ha consensuado con ganaderos, cazadores y comuneros las batidas tras años de desencuentros. Es más, añade que existe un censo de las personas que salen al monte a buscarlos y del que tiene conocimiento la Guardia Civil.