El mercado de Ribeira está llamado a ser un símbolo arquitectónico

raquel iglesias RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

CARMELA QUEIJEIRO

El nuevo edificio conjugará grandes dosis de diseño y funcionalidad

04 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Ya lo anunció Manuel Ruiz, el alcalde de Ribeira: «El día de hoy -por ayer- dejará huella en nuestra historia». No en vano, el arquitecto Celso López descubrió los detalles del ansiado proyecto para la construcción del nuevo mercado municipal, un edificio que está llamado a ser un símbolo para la ciudad. Grandes dosis de diseño y funcionalidad se combinarán en las instalaciones, que están hoy más cerca que nunca de ser una realidad después de años de lucha de los placeros. Estos comenzaron ayer a trabajar en la carpa provisional que se ha levantado en las inmediaciones de la plaza de España.

A la inauguración de esta infraestructura precedió un acto simbólico de derribo del antiguo inmueble que protagonizaron el regidor ribeirense y la directora xeral de Comercio, Nava Castro. Dejando el vértigo a un lado, se montaron en una grúa para retirar con sus propias manos los rótulos que todavía lucían en la fachada que da al Malecón. Con este original gesto se puso fin a cuarenta años de actividad económica.

El alcalde de Cambados, Luis Aragunde, siguió de cerca este acto y la presentación del proyecto para el nuevo mercado. No en vano, el regidor está buscando nuevas ideas para la plaza de abastos que se prevé levantar en el municipio arousano.

Una de las anécdotas de la jornada la protagonizó el concejal de Consumo, Vicente Mariño, que lució una corbata a juego con el uniforme de las placeras. La más veterana fue la encargada de retirar la lona que ocultaba el panel que da la bienvenida a los clientes a la carpa.

Gran afluencia

Aunque los primeros clientes en acercarse a las instalaciones lo hicieron tímidamente, a media mañana estas eran un hervidero de gente. Los vecinos comprobaron in situ que la oferta de productos frescos es la misma y que es fácil olvidar que las compras se realizan bajo una carpa. Las obras se ultimaron a contrarreloj para que ayer los placeros pudieran trabajar a gusto. Las autoridades recorrieron todos los puestos y la presidenta de Amas de Casa, Magdalena Bringas, fue una de las primeras en consumir.

La satisfacción parecía reinar ayer entre los comerciantes, que hoy ven más cerca que nunca el inicio de las obras del futuro mercado. Lejos parecen quedar ya las reivindicaciones que hicieron durante los últimos años para denunciar las deficiencias con las que se veían obligados a trabajar. Cada rincón y detalle de los puestos que ahora se reparten por la estructura fue mostrada por Manuel Ruiz a Nava Castro y Luis Aragunde.

Cabe destacar que, como en toda inauguración que se precie, ayer las instalaciones fueron bendecidas por el párroco de Ribeira, Cesáreo Canabal. Tras sus palabras, el bullicio lo inundó todo y el lugar se convirtió oficialmente en el mercado municipal de 450 metros cuadrados en el que los comerciantes tendrán que desempeñar su actividad al menos durante un año y medio, el período en el que se prevé que se ejecuten las obras de construcción del nuevo edificio.

Un largo camino

Ya en la casa consistorial se dieron a a conocer los detalles del nuevo inmueble, que tendrá un sótano y cuatro plantas en las que la decoración marina estará muy presente. Manuel Ruiz destacó que para llegar a presentar este proyecto fue necesario el trabajo de mucha gente, resaltando la labor de la anterior corporación municipal, que con el plan Riveira Atlántica consiguió los fondos europeos Feder. También quiso reseñar el regidor el esfuerzo de la empresa Oviga, encargada tanto de la demolición del inmueble como de acondicionar la carpa que ahora alberga a los placeros.