Durante años, municipios como Ribeira se mantuvieron entre los de Galicia donde más pisos se vendían. Ahora la cosa no va tan bien, pero hay quien no deja de preguntarse si las cifras de transacciones inmobiliarias actuales son bajas o es que las de antes eran demasiado altas.
¿Por qué sigue cayendo la venta de pisos, tanto nuevos como usados?
Son muchos los factores que influyen. Pero hay cosas fundamentales. El negocio inmobiliario ya no da tantos beneficios y, por lo tanto, nadie o muy pocas personas se lanzan a comprar una vivienda como inversión. Además, los bancos cerraron el grifo del crédito.
¿La situación en la comarca es la misma que en toda Galicia?
En la comarca pasa lo que en otras zonas del litoral gallego donde se vendía tanto o más para segundas residencias que para primeras viviendas. A estos lugares les afectó sobremanera la crisis inmobiliaria porque lo primero que se dejaron de vender cuando la economía se puso patas arriba fueron esas casas que solo son para usar en vacaciones.
¿Los precios de las viviendas están adaptados a los salarios de la zona?
Ahora puede que empiecen a estarlo, ya que las cotizaciones de los inmuebles bajaron. Pero durante mucho tiempo, sobre todo en los años del bum inmobiliario, no era así. Las viviendas estaban a un precio inalcanzable para muchos trabajadores de la zona, precisamente, porque se buscaba venderlas a forasteros que vivían en zonas con rentas o sueldos más altos.
¿Quedan muchas viviendas en stock?
Sí. Aunque apenas se construye, de la época de bonanza queda un excedente importante.