Sus presuntas acciones irregulares afectaron a nueve clientes
18 feb 2012 . Actualizado a las 07:02 h.La maratoniana comparecencia ante la titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Ribeira de Francisco Javier Otero García, exdirector de la oficina de La Caixa en el municipio pobrense detenido el jueves, remató en torno a las ocho y media de la tarde con su puesta en libertad bajo fianza. Se le imputan los delitos de falsedad documental y estafa, de los que el acusado se declaró inocente.
Eran cerca de las tres de la tarde cuando Otero García entró en el juzgado ribeirense. Al cabo de unas horas, se supo la petición de la fiscalía, a la que se sumó la acusación particular, ejercida por la entidad bancaria: libertad bajo fianza de 30.000 euros. Al parecer, hay indicios de actuaciones irregulares por parte del acusado, pero se estimó que no existe riesgo de que se destruyan pruebas relativas al caso, de modo que no se pidió prisión provisional. Así debió de entenderlo la jueza, que impuso la fianza de 30.000 euros.
En cuando a los hechos que se imputan al exdirector de La Caixa, se trata de falsedad documental y una supuesta estafa en la que, por el momento, hay nueve afectados. En relación con este asunto, según explicó su abogado, Francisco Javier Otero García negó la autoría de algunas de las acciones irregulares que se le imputan, mientras que en lo relativo a la venta a clientes de determinados productos financieros indicó que esas operaciones se habían hecho con conocimiento de los interesados.
La acusación le achaca que los clientes compraron un producto creyendo que se trataba de otro, algo que explicó señalando que, dada la enorme presión que ejercen las entidades financieras para que sus empleados coloquen determinados productos, no siempre se puede informar a los clientes de todos los detalles.
Pruebas periciales
Tras la puesta en libertad de Otero García, continuarán las diligencias que instruye el Juzgado Número 3 de Ribeira y que incluyen la realización de comprobaciones para determinar si alguien más en la sucursal de La Caixa en A Pobra conocía los movimientos del entonces director y pruebas periciales de caligrafía para determinar la autenticidad de la firma del acusado en diversos documentos.
En cuanto a la acusación particular, ejercida por La Caixa, su abogado se limitó a señalar que se habían sumado a la petición de la fiscala.