La conservación de la especie y la lucha de los colectivos por no perder sus limitadas rentas

La Voz

BARBANZA

08 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

la situación no es nueva para ninguna de las partes implicadas. Ganaderos y comuneros de Barbanza han convivido históricamente con la presencia de lobos, siendo siempre las Administraciones las encargadas de templar los ánimos cuando las aguas bajan revueltas.

Ahora, todo apunta a que esta especie ha aumentado su población habitual en la comarca con la presencia de una manada de híbridos, algo que implica la revisión de la normativa vigente en la actualidad y el consenso entre todas las partes implicadas paraproporcionar una solución a un problema que genera importantes pérdidas económicas en un sector por sí solo deprimido.

¿Cuál puede ser una primera medida urgente y balsámica?

Ampliar el tiempo fijado para que los ganaderos y comuneros denuncien los ataques. En la actualidad son 24 horas y si en ese tiempo los técnicos no verifican la autoría del cánido, los propietarios no cobran las ayudas. Este escenario hoy no se ajusta a la realidad, ya que la presencia en el monte de estos profesionales no es diaria y a veces descubren el ataque varios días después.

¿Existe diálogo entre todas las partes?

El sector ganadero explicaba hace unos días que durante los últimos dos años han mantenido encuentros con personal de la Xunta para alertar del incremento progresivo de manadas. Sin embargo, en Santiago insisten en que no hay constancia de un aumento poblacional, algo que con 300 reses muertas en el 2011 -según sus propietarios- resulta difícil de explicar.

¿Quiénes son los peor parados?

Sin duda, los ganaderos y comuneros. Se trata de dos sectores que viven en una depresión constante en Galicia desde hace años. Por eso, los ataques de lobos son para ambos una sangría lenta que amenaza su economía, ya que los lobos atacan casi siempre a las crías.