El campo de trabajo de Neixón se sumerge en la dictadura franquista

BARBANZA

18 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La sexta edición del campo de trabajo internacional de Neixón comenzó ayer su andadura con un nuevo grupo de voluntarios e importantes novedades en el programa de actividades. Por una parte, los jóvenes que trabajarán en el yacimiento boirense durante las dos próximas semanas participarán en un proyecto de recuperación de la memoria histórica en el que analizarán, desde un punto de vista arqueológico, los restos de la dictadura franquista en la comarca. Por otra, las excavaciones se ampliarán este año al castro pequeño.

Ayer tuvo lugar la presentación de los participantes, un grupo de veinte jóvenes de entre 18 y 24 años procedentes de Argentina, Francia, Gales, Andalucía, País Vasco y distintos puntos de Galicia.

En su primera toma de contacto, los voluntarios hicieron un recorrido por Neixón, vieron un documental sobre el yacimiento -que cuenta con la producción de Fungo audiovisual y se exhibirá en festivales de cine arqueológico españoles y europeos- y asistieron a las explicaciones del director del campo, Xurxo Ayán, sobre el trabajo que realizarán en los próximos días.

Entre las tareas que llevarán a cabo en el marco del campamento se encuentra el estudio arqueológico integral de los restos materiales de la represión franquista, empezando por las ruinas de los campos de concentración que existieron en Rianxo, A Pobra y Muros. Utilizando sistemas de GPS y a través de levantamientos topográficos, los jóvenes estudiarán estas construcciones y otros restos de la dictadura esparcidos por toda la zona. Paralelamente, se llevará a cabo un proyecto fotográfico con el que se pretende, gracias a las imágenes que aporten los vecinos, reconstruir la historia del siglo XX en Cespón a través de sus protagonistas.

Dos poblados

A pesar de estas iniciativas, el campo seguirá teniendo en Neixón su principal foco de atención. No en vano, el director de las excavaciones explicó a los voluntarios que el yacimiento boirense es de los más interesantes que existen porque es de los pocos en los que, en su día, convivieron dos poblados.

Durante este verano los participantes en el campamento continuarán con el trabajo iniciado hace ya seis años en el castro grande, que ha dado lugar al hallazgo de numeroso material que compone la exposición del Centro Arqueolóxico do Barbanza y ha servido para documentar, por ejemplo, la relación comercial que mantenían los habitantes de Neixón con mercaderes feniciopúnicos.

Ahora, esta actividad se ampliará al castro pequeño, situado justo en el extremo de la península en la que se asientan los restos arqueológicos. Los voluntarios, coordinados por un grupo de ocho profesionales que trabajan en los fosos de Neixón desde la pasada semana, alternarán las excavaciones en uno y otro yacimiento.

Además, participarán en distintos talleres y seminarios de lavado de piezas o de análisis zooarqueológicos de las muestras faunísticas del castro grande. Por la tarde, habrá también conferencias -la de esta tarde sobre un proyecto arqueológico en Uruguay- y visitas a otros yacimientos, a las islas Cíes o recorridos por Cespón para conocer restos patrimoniales propios de la zona, como los molinos o los cruceiros.

Atapuerca

Por otra parte, más de cincuenta boirenses parten hoy rumbo a Atapuerca en autobús y en coches particulares para conocer unos de los restos arqueológicos más importantes de la península Ibérica. Mañana visitarán el yacimiento y el aula de arqueología práctica, además del Museo Emiliano Aguirre y el casco histórico de Burgos. Antes de volver, el domingo, verán las Médulas de León.