El director de la Escuela de Arquitectura reconocía ayer que el nombre de Micasita «al principio nos resultaba incómodo», si bien se han habituado y la iniciativa se ha convertido en un reto porque «es un proyecto muy complejo, aquí nada es convencional».
-¿Es una arquitectura menor?
-Todo lo contrario, es atípica y para un arquitecto es más fácil hacer un palacio de congresos que estas viviendas. No existen referencias y se trata de un hábitat para ciudadanos con problemas muy particulares.
-¿Donde están las dificultades?
-Técnicamente es muy complejo. Hay sistemas tecnológicos muy avanzados que este proyecto puede demandar porque hay problemas muy específicos de limpieza, de ventilación pasiva, de que el sistema pueda crecer.
-¿Es pionero o hay otros?
-Hay construcciones de albergues, pero como estos muy pocos. Tiene un carácter arquitectónico, pero también desde el punto de vista social.