Vilagarcía renuncia definitivamente a los fotorrojos instalados en sus travesías

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

El decreto que otorga a Tráfico la gestión de las multas en este tipo de vías da la puntilla a las cámaras, que ya no sancionan desde julio

30 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Si los cuatro fotorrojos que operan en Vilagarcía quedaron muy tocados en julio, con la sentencia que cuestionaba su funcionamiento, el último decreto en la materia, emanado del Ministerio de Interior, acaba de darles la puntilla. Los cambios en la normativa, explican fuentes municipales, dejan en manos de la Dirección General de Tráfico la gestión de las multas en las travesías, que hasta ahora competían a la Policía Local. A partir de ahora, el papel de los agentes municipales en las sanciones se limitará a detectar las infracciones. El resto queda en manos de la Guardia Civil. Así que el cálculo es sencillo. Si Tráfico asume la tramitación y resolución de los expedientes, tendrá que instalar también las medidas que crea necesarias para el control de la circulación. No tiene sentido que el Concello siga haciéndolo.

¿Qué sucede en el caso de la capital arousana? Las cuatro cámaras están instaladas en travesías: Rosalía de Castro, Agustín Romero, Doutor Tourón y la avenida de Vilanova. Aunque se internan en territorio municipal, la titularidad de todas ellas corresponde a la Xunta. Como quiera que en Galicia el desarrollo de la policía autonómica es minúsculo y no abarca las competencias en materia de tráfico, será la Guardia Civil la que se encargue del proceso sancionador. Salvo, claro está, en lo que respecta a la apertura de las denuncias. Es evidente que, con los cuarteles de la demarcación cerrados al público durante buena parte del día por falta de personal, no habría agentes suficientes como para sumar las travesías a su carga de trabajo.

El contrato se dejará expirar

Así las cosas, el Concello ha decidido dejar que expire el contrato con la empresa que instaló los fotorrojos, de forma que la compañía los acabe retirando. Los aparatos continúan funcionando desde julio, momento en el que el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Pontevedra dictó el fallo que anulaba una multa de 200 euros con eliminación de cuatro puntos. Entre otras cuestiones, la sentencia consideraba que la imagen que se toma a través de este tipo de cámaras ni siquiera sirve como prueba que acredite fehacientemente la comisión de la infracción a sancionar.

Aunque calcula que existe jurisprudencia en sentido contrario como para recurrir este dictamen con garantías de éxito, Ravella apostó por suspender las multas a través de los fotorrojos. Siguen activos y graban la circulación, pero la instrucción de multas se ha paralizado.

Seis años de funcionamiento

Al Concello le quedaría la opción de reubicar las cámaras en alguno de los viales de titularidad municipal. Pero el departamento que dirige el concejal socialista Juan Antonio Pérez Callón entiende que la característica del tráfico en el entramado de calles no justificaría una medida semejante. Especialmente cuando de lo que se trata es de extender la limitación de 30 kilómetros por hora a su conjunto. Así pues, la era de los fotorrojos llega a su fin en Vilagarcía, seis años después de que el primer aparato se instalase, bajo mandato de la entonces alcaldesa, Dolores García, en un intento por atajar la oleada de atropellos que la ciudad acababa de sufrir.

11.900 sanciones

Desde el 2010

Su número fue cayendo desde las 3.884 de su primer ejercicio hasta las 1.265 del 2015.

45.000 puntos

Retirados en seis años

A razón de cuatro puntos por multa, equivalen a la retirada de 3.750 carnés de conducir.

126.500-253.000 €

Margen de recaudación 2015

La multa asciende a 200 euros, pero es posible reducirla a la mitad por pronto pago.