Valle-Inclán es nombre de camelia

p. calveiro, r.estévez RIBEIRA, VILANOVA / LA VOZ

VILANOVA DE AROUSA

martina miser

En el jardín de O Cuadrante crece, desde ayer, un ejemplar de una nueva variedad de esta flor

24 jun 2016 . Actualizado a las 13:10 h.

Hay un lugar en Boiro en donde, sea la época del año que sea, siempre hay una camelia en flor. La primera llegó hace treinta años a la finca de O Chazo que cultivan Begoña Franco y su marido José Torres, quienes dejaron de contar cuántas variedades tenían cuando llegaron a las 750, reconoce esta devota de la llamada rosa de Japón, cuyo jardín le ha reportado recientemente una nueva alegría. «El destino quiso que saliera de O Chazo la camelia Valle-Inclán», señala. Esta nueva variedad nacida en la finca boirense, tras ser registrada con el nombre del ilustre literato, empezó ayer a echar raíces en los jardines de O Cuadrante, la casa en la que nació el creador del esperpento. Para ello, Begoña, José y el alcalde de Vilanova, Gonzalo Durán, tomaron todas las precauciones necesarias a la hora de plantar el delicado ejemplar. «Lo hemos hecho bien, para que crezca», decía el regidor, que enmarcaba este evento en los actos de celebración del que sería el 150 aniversario del nacimiento del más ilustre de los hijos de Vilanova.

«Poner nombre a una variedad original no es como bautizar a un niño, hay que consultar previamente si ya existe otra con la misma denominación y, en muchos casos, pedir permiso al titular para poder llamarla de esa forma», explica Begoña Franco. «Que un ilustre gallego tenga una camelia que saliera del trabajo que con toda la ilusión realizamos mi marido y yo en esta finca hace que valga la pena todo el esfuerzo», continúa dejándose llevar por la emoción, con la voz entrecortada.

La Valle-Inclán floreció por primera vez en el 2006. Es una camelia japónica, con una flor de tamaño mediano. Sus pétalos exteriores son de un tono rojo oscuro y los petaloides (en el interior, más pequeños) se debaten entre la gama cromática que va del blanco al escarlata. «Es realmente bonita», resume la cultivadora original de Caamaño (parroquia de Porto do Son), hasta el punto de que fue portada el mes pasado de la revista de la Sociedad Española de la Camelia.

El pintor vilaxoanés Xaquín Chaves López viajó expresamente hasta la finca de O Chazo para retratar en directo la camelia boirense que fue portada, la misma que volvió a cobrar protagonismo ayer en tierras arousanas. En Vilanova, Chaves expuso su trabajo ante un auditorio repleto de amantes de una flor cuya sencillez enamoró a la mismísima Coco Chanel y cuya fragancia aparece, cargada de simbolismo, en varios pasajes de la obra del autor que nació en O Cuadrante.

La casa-museo Valle-Inclán de Vilanova ha incluido la plantación de esta camelia dentro de los actos conmemorativos del 150 aniversario del nacimiento del escritor en el pazo de O Cuadrante, el mismo terreno que presenció sus juegos infantiles y sirvió de espacio inspirador para algunos de sus ambientes literarios.

Una colorida bacanal

Hasta el pazo vilanovés viajó un injerto, mientras que el arbusto madre (el original) seguirá iluminando, en Boiro, la explosión de color y aromas que se oculta a ojos del viandante tras un vallado. «Pocos saben lo que hay aquí dentro», indica la sonense, que vive entre su residencia en Ribeira y la de la finca de O Chazo. «Antes venía mucha gente a ver el jardín, pero pasamos unos años un poco complicados cuando intentamos sacar beneficio económico de la camelia. Aquello no salió bien y decidimos no mostrarlo más, porque actualmente solo lo cuidamos por afición dos personas y más que un jardín parece una bacanal», explica haciendo gala de su buen humor.

En los cerca de 15.000 metros que tiene la finca de esta mujer, devota de las flores, crecen varias joyas de la botánica, no solo camelias, aunque son las reinas indiscutibles del terreno desde hace treinta años. Tres Camelias de Oro y cerca de media docena de variedades originales registradas -además de la Valle-Inclán- han sido reconocidas por su singularidad. Una de ellas, por cierto, con el nombre del municipio que las ve crecer, la Boiro, y otra con el de su madre, Carmen Paz. Todos comparten homenaje con nombre de flor.