Los coches han dejado de invadir los areanales en favor de los peatones que acuden a caminar o a tomar algo en una terraza
10 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Quien lleve una década sin visitar O Terrón (Vilanova) se sorprenderá del cambio que ha experimentado este lugar. Los coches ya no llegan hasta la arena y un sendero dotado de alumbrado, bancos y papeleras avanza paralelo a las playas. Pero el mobiliario urbano no está en las mejores condiciones. De las cuatro duchas solo funcionan dos y el grifo para lavar los pies está en seco y lleno de óxido. La cartelería que anuncia obras y la ruta jacobea está descolorida y llena de pintadas y alguna papelera precisa ser vaciada.
En cuanto al estado de las playas, a día de ayer era más que aceptable. La única suciedad que se veía sobre la arena es la que dejan las mareas, algas y recipientes de plástico. Y sus aguas gozan de una calidad «excelente», según reza en los carteles colocados a pie de playa.
El paso del tiempo empieza a hacer mella en los elementos de madera. En la rampa de acceso al arenal para personas minusválidas y carritos de bebé falta una tabla, con el consiguiente riesgo de caída, y algunas vallas están rotas. La pasarela que comunica O Terrón con el casco urbano precisa una mano de barniz y en las macetas faltan flores. Lo que ya empiezan a aflorar en el puente son esos candados del amor tan de moda últimamente.
Con solo cruzar O Ariño, los vilanoveses disponen de un complejo deportivo, que todavía tienen margen para crecer. Actualmente hay un campo de fútbol y una pista de tenis y el Concello pretende ubicar allí la escuela de vela, al lado de los módulos que se destinarán a vestuarios, que el Concello espera estrenar en julio. Entre tanto, los chavales deberán seguir aseándose en instalaciones provisionales.
Al lado del campo de fútbol, el Ayuntamiento dispone de una amplia bolsa de terreno reservada para construir una piscina climatizada, pero este proyecto tantas veces anunciado -con centro de talasoterapia incluido- no acaba de cuajar. De lo que sí se puede disfrutar hace tiempo es del parque biosaludable para ejercitar los músculos, que acaba de ser pintado de un azul intenso que compite con el verde de las hierbas que crecen más de la cuenta a su alrededor. Y en O Terrón también es posible tomarse una tapa mirando la puesta de sol gracias a las terrazas que se han instalado en la zona en los últimos tiempos.
En cuanto al aparcamiento, este servicio está perfectamente cubierto. Ya no se puede dejar el coche al lado de la playa pero hay alternativa muy cerca. Una explanada al lado del campo de fútbol y otra mucho más grande en el acceso principal a O Terrón cubren las necesidades. En el párking renovaron el pasado año el pavimento pero carece de señalización horizontal, lo cual sume el estacionamiento en una anarquía que permite aparcar sin orden y sin optimizar el espacio disponible.
A pocos metros de allí siguen ejecutándose las obras del carril bici en el puente y la carretera de O Terrón, que obligan a los conductores a hacer cola y podrían provocar atascos este verano.
Para el mes de julio. Estos módulos siguen en construcción y darán servicio al campo de fútbol, a la pista de tenis y a la escuela de vela. El Concello espera poder inaugurarlos en julio.
Le falta una capa de barniz. El puente sobre O Ariño acercó O Terrón al centro urbano. Es muy usado por vecinos y visitantes lo cual, unido a los efectos del paso del tiempo, acelera su deterioro.
Funcionan dos de las cuatro duchas. A la falta de suministro se suma el aspecto de abandono que presentan algunos de estos elementos del mobiliario de playa, especialmente un lava pies.
Algas y poco más. Desde O Terrón a O Ariño, los arenales presentan un estado más que óptimo a estas alturas del año, más allá del rastro que dejan las mareas. En el sendero hay más basura.
Carteles sin color y con pintadas. El panel que anuncia el faraónico complejo deportivo y de talasoterapia ya ni se lee de lo gastado que está, y las señales de la ruta jacobea han sido pintarrajeadas.
Buen firme pero sin rayas. O Terrón dispone de una enorme explanada a pocos metros de la playa. El firme está en perfecto estado pero precisa de señalización horizontal. fotos martina miser