El entorno del Manuel Jiménez es escenario de una sucesión de robos

Rosa Estévez
r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

La Policía Nacional ha desplegado un operativo en la zona para intentar zanjar la escalada de asaltos a vehículos

20 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre las ocho y las ocho y cuarto del martes, mientras los jugadores del Arousa iniciaban su entrenamiento en el campo Manuel Jiménez, alguien se acercó a los coches de Marcos y Vitra, rompió las ventanillas y se llevó las carteras de ambos deportistas. Vitra tuvo suerte: el ladrón, tras coger el dinero que encontró en la suya, la depositó cuidadosamente sobre un muro. Marcos no fue tan afortunado. «Tiña uns 200 euros porque acababa de ir ao caixeiro porque tiña que facer uns pagos», relataba ayer. Siente la pérdida del dinero, pero sobre todo de la documentación, mucha de la cual precisa para realizar su trabajo como conductor profesional.

El robo en el coche de Marcos indica varias cosas. La primera, que el ladrón no se detiene demasiado en cada golpe. «Tiña cartos na guantera, pero nin sequera mirou alí». Además, va a por dinero en metálico, porque se dejó atrás unas gafas de marca cuyo valor es considerable.

Relata Marcos que dejó la cartera en el coche tras haber tenido noticias de que, de vez en cuando, en los vestuarios se registran robos. Pero su precaución se volvió en su contra. En todo caso, el suyo no es un caso único ni aislado. La Policía Nacional confirmó ayer que en esa zona de Vilagarcía se producen con regularidad robos en los coches estacionados, bien sean de deportistas que acuden a sus entrenamientos, bien de padres que van a llevar y a traer a sus hijos a actividades. Este cuerpo ha puesto en marcha un operativo de vigilancia en la zona. Además, se insta a los conductores a que sean sumamente cuidadosos con los objetos que dejan en el interior de sus vehículos, sobre todo con aquellos que quedan a la vista. Aunque, en el caso que nos ocupa, los jugadores afirman que sus carteras no habían quedado expuestas.

El consejo llega tarde para Marcos y Vitra. El primero cruza los dedos y espera que su cartera, con todos sus documentos, aparezca. «Os cartos xa sei que voaron», decía ayer.