«No cambio mi vida por nada»

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

El regreso a Lituania lo pilló en Orlando. Su día a día es un ajetreo y por ello disfruta cada minuto que pasa en casa

09 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Comenzó el año en Lituania, regresó a casa una vez que el club decidió prescindir de sus servicios y estos días está en Orlando, de vuelta a su anterior tarea como ojeador de las jóvenes promesas para las franquicias de la NBA. La vida de Alberto Blanco, que en breve volverá a hacer las maletas para regresar a tierras lituanas, es un continuo ajetreo. Él dice que no la cambiaría por nada y que esta dinámica le ha permitido disfrutar mucho más de la familia cuando puede pasar unos días con ellas. «No hay monotonía en nuestra familia. Somos lo opuesto a los funcionarios», afirma.

-¿Cómo lleva la familia que esté tantos días fuera de casa?

-Pues hemos sabido habituarnos. No es el tiempo que pasas con ellos, sino la calidad del tiempo. Valoras cada día. Cada cosa que disfrutas de tu familia es lo mejor. No hay monotonía en nuestra vida. Somos lo opuesto a los funcionarios.

-¿Acaba acostumbrándose uno a estar haciendo y deshaciendo maletas continuamente?

-Las maletas, los aviones, los hoteles forman parte de lo que haces. Lo ves normal. Conocer países, culturas, otra forma de ver la vida, es algo que puedo disfrutar. No lo cambio por nada.

-Llegar a la élite es complicado, pero mantenerse lo es más aún. ¿Tenía esperanzas de que lo volvieran a llamar para regresar a un equipo de primer nivel?

-Tenía muchas esperanzas y todo lo que ha ido sucediendo a lo largo de estos dos meses pues me hacía creer que estaría de nuevo en la élite. Son ya unos años batallando en estos mares. Y, como bien dices, lo difícil es mantenerse ahí. La lista del paro de entrenadores es muy amplia. Soy un afortunado.

-¿Por qué llega esa llamada? No es muy normal que solo unos meses después de que prescindan de sus servicios lo vuelva a fichar el mismo club.

-La llamada es una plena demostración de que hice bien mi trabajo durante casi dos años. En todos los clubes se producen cambios. El mercado lituano para mí fue muy agitado porque tuve varias alternativas, que ni yo pensaba que pudieran aparecer.

-Ahora había regresado a su anterior tarea como ojeador para equipos de la NBA. ¿Cómo se llega a ser scout?

-Durante estos tres meses en casa ha sido una borrachera diaria de partidos. Me vino bien este parón para refrescar ligas y jugadores. Siempre me he sentido muy a gusto haciendo el seguimiento de jugadores. Creo que se llega por pasión, no veo que uno sea scout porque se lo plantea un día.

-¿En qué consiste exactamente su trabajo?

-Como entrenador ayudante me encargo del estudio completo de los equipos rivales. Conocer sus jugadores, características, puntos fuertes y débiles. Y saber todos los sistemas y estilo de juego del rival. Te dejas la vista en el ordenador buscando las señales que los otros equipos ofrecen. Yo siempre voy dos partidos por delante del encuentro que nos toca jugar. Eso mete en mi cabeza unos cien sistemas de juego del rival. El día del partido me concentro absolutamente en saberme de memoria todo lo que hace el otro equipo.

-Lituania ya la conoce de su anterior etapa. ¿Qué es lo que más le sorprendió de aquel país?

-Que un país como Galicia sea la segunda mayor potencia de Europa en baloncesto. Tienen la genética perfecta para este deporte. Vives la presión del fútbol en España.

Más de cinco mil jugadores controlados en su base de datos

La amenaza de la fuga masiva de los talentos más jóvenes -esos de los que se encarga de vigilar Alberto- es más que real. Aíto puso el dedo en la llaga hace unas semanas en Vilagarcía. El técnico vilagarciano, por su parte, le da la razón. La próxima temporada tendrá la oportunidad de enfrentarse a García Reneses porque el Alba Berlín y el Lietuvos Rytas se enfrentarán en la Eurocup. El arousano ya tiene marcado en rojo en su calendario un enfrentamiento que va a ser muy especial para él.

-En una entrevista a La Voz hace unas semanas, Aíto bromeaba diciendo que la NBA iba a acabar llevándose a los jugadores aún con el chupete. ¿Es una exageración o no tanto?

-Si lo dice el Maestro, nada que decir. Tendré la fortuna esta temporada de jugar contra el en la Eurocup porque nos ha tocado otra vez Alba Berlín y eso es otra alegría personal.

-¿Cuantos partidos y jugadores puede acumulados tener en su base de datos?

-El numero de partidos que tengo es infinito porque tengo un programa que me permite ver todos los partidos de las ligas de todo el mundo. Como te imaginas, hay ligas que ni se me ocurre verlas porque es imposible. Entre jóvenes y jugadores profesionales, ahora mismo por encima de los 5.000 acumulados a lo largo de todos estos años.

-Ahora mismo está en Estados Unidos. ¿Cómo es su día a día de trabajo en una de esas ligas de verano?

-Me levanto a las cinco. Me pongo al día de las noticias. Salgo a correr a las siete y sobre las diez ya estoy en el pabellón para ver partidos, reuniones con agentes, etc. Acabo sobre las ocho de la tarde y luego el tiempo para volver al hotel y a las diez de la noche a dormir porque llego reventado.