Contemporáneos

Manuel Villaronga REDACTOR Y SUBDELEGADO ENTRE 1987 Y 1999

VILAGARCÍA DE AROUSA

18 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Decía el ahora resucitado Stefan Zweig que siempre son los contemporáneos los que menos saben de su época, que los momentos importantes, casi sin que se den cuenta, se escapan a su atención. Cuando los historiadores del futuro hojeen las páginas acumuladas por esta edición de La Voz verán hasta qué punto Zweig tenía razón.

Por carambolas que serían largas -incluso divertidas- de explicar, lo cierto es que tuve la oportunidad profesional, pero también -y sobre todo- vital, de participar como redactor en los primeros doce años de la edición. Puede ser así testigo y cronista, por ejemplo, de cómo Vilagarcía dejó de ser una villa en blanco y negro para convertirse en una ciudad en color, de cómo nació la denominación de origen Rías Baixas, o de cómo se dio la vuelta a la tortilla en la complicidad social con el contrabando.

De aquellos tiempos en que le llevabas el carrete de fotos al maquinista de Renfe para que lo entregase en A Coruña, previa propina de 100 pesetas, a estos otros, en los que la noticia está subida casi en tiempo real en la web de la edición, media apenas una generación. Como contemporáneos apenas nos hemos dado cuenta de cómo ha cambiado todo, y tanto, en tan poco tiempo.

A ver cómo se lo explico a mi nieto.