Miguel Alves mantendrá su acta de concejal tras su expulsión de EU

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Aunque su salida no le ha sido comunicada aún, da por roto su vinculo con esas siglas

03 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Consello Nacional de Esquerda Unida acordó este fin de semana la expulsión de esta formación de Miguel Alves, concejal por EU en Vilagarcía, y del histórico militante Ramón Bueno. Aunque no han recibido aún comunicación oficial de ese acuerdo, ambos consideran que se cierra, aquí, una etapa de su vida política. Podrían aún presentar alegaciones ante la comisión de garantías del partido al que hasta ahora pertenecían. «¿Para que, se nin sequera se dignaron en contestar a ningún dos moitos escritos que lles temos enviado nos últimos meses?», se preguntaba ayer Alves. «¿Para que, se o responsable de organización xa deixa ben claro na prensa que a decisión está tomada?», remacha. Y asegura que está tomada desde hace nueve meses, cuando la crisis interna de EU saltó a la luz pública y Rubén Pérez, «sen dedicarme nin medio minuto para que lle expuxese a nosa postura, tomou partido pola outra parte».

Así que, desde ya, Miguel Alves y Ramón Bueno quieren romper todo tipo de vínculo con una organización que sienten que «non nos representa». Llegado este punto, hay una cuestión capital sobre la mesa. ¿Va a renunciar Miguel Alves a su acta de concejal? La respuesta es que no. «Levo meses pedindo que se convoque unha asemblea para poñer o meu cargo a disposición do que digan os militantes, e non a deron convocado», dice. Y no cree que la vayan a convocar, al menos de momento. Ese es, precisamente, uno de los motivos por los que se desencadenó -según Alves y Bueno- la guerra intestina en EU: por el desprecio que algunos llevan tiempo demostrando por las bases y que los ha llevado a «poñer o último cravo no ataúde dunha organización política de esquerdas». «Todo este proceso, cheo de irregularidades, ten responsables con nomes e apelidos», dice Ramón Bueno.

En estos momentos, Alves no tiene pensado dejar su acta en manos ni de esos «responsables», ni de quienes considera cómplices de todo lo ocurrido en Esquerda Unida. «A acta é persoal, e non vai ser para a xente que é cómplice de todo este paripé», señalaba ayer.

Previsto

En la dirección gallega de Esquerda Unida parecían tener claro que esto iba a ocurrir. No en vano, Rubén Pérez, el responsable de organización, señalaba este fin de semana que su organización reclamaría la integración de Miguel Alves en el grupo de no adscritos en caso de que este se negase a renunciar al acta. Parece que eso será lo que acabe pasando. En cualquier caso, este cambio de escenario no supondrá grandes novedades con respecto a lo que desde hace meses ocurre en el pleno de Vilagarcía, donde Miguel Alves funcionaba como elemento independiente de Jesús López y María Mosquera, sus teóricos compañeros de grupo.