Hacía unos meses que los vecinos habían abandonado sus casas en la isla
30 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hacía apenas unos meses que los vecinos de Cortegada habían abandonado sus viviendas en la isla para trasladarse a Carril cuando se produjo lo que la edición de La Voz del 30 de marzo de 1910 calificaba de «hecho significativo y rotundo» que no era otra cosa que el traslado de la imagen de la virgen.
La descripción que hizo el cronista de lo sucedido merece ser transcrita literalmente: «En la lancha de vapor «Victoria», propiedad del señor Poyán, fue conducida la citada imagen hasta el muelle, en cuyo lugar esperaban el cura y capellán de Carril, el ayuntamiento en pleno y la banda municipal de Vilagarcía. En ese momento se dispararon infinidad de bombas y se organizó una procesión que recorrió algunas calles. Los vecinos de Cortegada, que hace meses que abandonaron la isla y que ahora viven en Carril, se situaron a las puertas de la iglesia y, cuando a ella llegó la virgen, dispararon muchas bombas y arrojaron sobre la imagen de su patrona una verdadera lluvia de flores. Muchas mujeres, al ver como la virgen abandonaba la vieja iglesia, lloraban. Ya colocada en su nuevo altar se rezaron varias oraciones y el cura párroco subió al púlpito y dio la bienvenida a la imagen».
El traslado fue todo un acontecimiento pero tan interesante o más fueron los telegramas que cuando todo finalizó se envió al jefe superior de Palacio: «Acaba de entregar la autoridad eclesiástica el santuario de la isla de Cortegada. Vencidas absolutamente todas las dificultades que existían para inscribirse la isla como una sola finca ruego vuecencia lo comunique a Su Majestad ofreciéndolo nuestro cariño y respeto».
El «regalo» a Alfonso XIII estaba ya preparado y casi con el lacito rosa colocado. Un «regalo» que estuvo dando vueltas durante muchos años y cuya resaca amenazó con destruir la isla hasta hace no demasiado.