El kilómetro que se recorre con pánico y recordando muertos

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Toda la carretera de Vilagarcía a Pontevedra es un suplicio. Pero hay tramos, como el de Curro a Devesa, que dan auténtico pavor

25 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Se emplaza a Manuel, Sabino, María José y José Manuel, portavoces de la plataforma de afectados por la PO-531 -el vial que une Pontevedra y Vilagarcía-, a recorrer los puntos más negros de un trazado de por sí color chapapote. El punto de partida, a petición de ellos, es junto a la iglesia de Curro, pero Manuel advierte: «Quedamos aquí para ensinar un quilómetro e pico moi complicado, o que vai de Curro a Devesa, pero que conste que che poderíamos ensinar calquera outro da estrada e atoparíamos barbaridades iguais». Así se inicia el repaso a los que, a juicio de estas personas, son los peores puntos de un trazado al que se le lleva dando vueltas doce años.

Empezamos cerca de la iglesia de Curro. Ahí, muestran tres cosas. Por una parte, una parada de autobús en un lugar con raya continua que hace que los peatones atraviesen la carretera «xogándose a vida». Lo mismo les pasa a los que viven a orillas de la carretera. No tienen paso de cebra, así que se lanzan a cruzar por donde pueden: «Aquí hai un paso elevado, pero está despois da rotonda, para chegar a el tes que expoñerte a un montón de tráfico. Nesta estrada dáse unha casualidade e é que os veciños viven na parte de arriba do trazado, na súa maioría, e teñen as fincas na de abaixo, co cal todos acabamos cruzando moitas veces ao día». Señalan otra cuestión: los parches sobre el asfalto. Y es que en los últimos años, a cuenta de la crisis, en lugar de aglomerarse una carretera por la que pasa una media de 18.000 coches al día se fueron poniendo trocitos nuevos de asfalto. A Manuel, Sabino, María José y José Manuel les da la risa viendo la especie de cebra que fueron haciendo sobre el vial con tanto rebacheo. Pero las ganas de sonreír se les quitan cuando uno de ellos dice: «Aquí houbo varios mortos, e alí adiante, tamén. Recordo a un avó e a súa neta e a outros veciños. Todos os temos moi presentes, aquí o tema dos accidentes foi terrible sempre».

Reconocen ellos, mientras se desplazan más adelante, para mostrar un sitio donde no existen aceras ni arcén en ningún lado pese a haber casas, que los accidentes se redujeron con medidas como aglomerados especiales. Lo gordo está por hacer. La carretera sigue «sen seguridade». Lo dicen llegando a Devesa. Ahí, en un sitio donde no hay acera ni arcén, indican: «Aquí houbo tamén varios mortos. Ou temos a unha señora que vive aínda e que quedou desfeita por un accidente aquí», remachan.