Sesenta alumnos de Carril viven un exilio llevadero en Guillán

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

m. miser

Los estudiantes del ciclo superior usarán el pabellón de la parroquia hasta Navidad a raíz de las obras del instituto

22 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho meses atrás, la dirección del instituto Miguel Ángel González Estévez tomaba una decisión drástica: ninguno de los dos pabellones volvería a ser utilizado en días de lluvia. Los problemas crónicos de humedad que azotan las instalaciones deportivas desde hace largos años clamaban al cielo, que a cambio enviaba agua que se colaba en sus respectivos interiores en forma de goteras y charcos. Esta semana, la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria ha tomado, por fin, medidas. Lo hace con cierta demora y sin una previa advertencia al centro carrilexo, que ha debido reprogramar sobre la marcha una de sus principales ofertas educativas, el ciclo superior de Actividades Deportivas, para adaptarse a las obras que durante dos meses se desarrollarán en la principal de las dos edificaciones.

«La verdad es que la solución que ha aportado el Concello de Vilagarcía nos viene de maravilla, porque no teníamos plan B, así que estamos muy agradecidos», explica Pablo Alonso, jefe del departamento de Educación Física del instituto carrilexo. Tras la sorpresa inicial ante la contratación de unas obras de las que tuvieron noticia con el curso ya comenzado, los docentes sondearon las posibilidades del complejo municipal de Fontecarmoa. La propuesta de Ravella apuntó a un lugar mucho más próximo a Carril: el pabellón que funciona en la parroquia de Guillán. Ayer, los treinta alumnos de uno de los dos grupos que conforman el ciclo se empleaban a fondo en la práctica del balonmano. «No hay ningún problema, la verdad es que la instalación está muy bien», reconoce a pie de pista Alonso. Tampoco parece que los estudiantes padezcan inconveniente alguno. Son mayores de edad y se organizan para moverse en automóviles. Ayer mismo acudieron a la piscina, precisamente en Fontecarmoa, antes de dirigirse a Guillán.

El parqué, para el futuro

Mientras, el pabellón permanece rodeado de vallas. Solo los operarios frecuentarán su interior, al menos hasta Navidad. Que la conclusión de los trabajos se demore o no dependerá de la lluvia. La empresa contratada debe sustituir una cubierta que peina ya 28 años, colocar tubos solares para mejorar la eficiencia energética y sustituir la iluminación por luces LED. El parqué tendrá que esperar a mejor ocasión.