Un nuevo desencuentro que coloca a la formación al borde de la ruptura

La Voz

VILAGARCÍA DE AROUSA

19 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo sucedido ayer en el pleno de Vilagarcía parece abocar a Esquerda Unida a su desmembramiento. Es la crónica de un divorcio anunciado, un capítulo más de una cascada de desencuentros que se empezó a escribir, al menos en público, cuando en el pleno de julio Miguel Alves votó por primera vez de forma diferente a sus supuestos compañeros de filas. Se abstuvo y facilitó así la aprobación de la ordenanza de terrazas del gobierno de Varela. Alegaba que aquel era el mandato recibido de la asamblea local. Esta vez, el voto divergente afecta a una cuestión clave para la vida municipal: la política fiscal del Concello.

Parece que Miguel Alves conoció ayer, igual que el resto de los grupos, la modificación de la moción introducida por EU. Un error táctico si suponemos que la formación intenta suturar la brecha abierta en su seno. El texto inicial hablaba de rebajar el tipo impositivo del IBI al 0,52, la cantidad reclamada por la plataforma en contra de la subida del IBI de la que él formó parte, según recordó en su breve intervención. Alves aseguró no saber «a que consensos» había llegado Jesús López con ese colectivo, para llegar a su nueva formulación: una reducción paulatina del IBI, dejándolo para el próximo año en el 0,54 y prosiguiendo con la rebaja en años sucesivos hasta alcanzar el 0,52 en el año 2019.

Alves se aferró al compromiso del gobierno de seguir rebajando el IBI para abstenerse en la votación de la propuesta oficial. Sin embargo, dio un no rotundo a la moción de su grupo. La guerra sigue.